Seúl (AsiaNews)- La visita del Papa a Corea "envió un mensaje muy claro y muy bellos a los jóvenes de toda Asia: ¡Despiértense y estén vigilantes! Francisco quiso dar un abrazo y una sacudida a nuestro muchachos, que deben levantarse y no abandonar jamás, aunque si la situación en la cual viven parece desesperada como una calle sin salida". Lo dice a AsiaNews, mons Pietro Kang U-il, obispo de Cheju y presidente de la Conferencia episcopal coreana, al margen de la conferencia de prensa conclusiva de la visita apostólica del Papa Francisco a corea del Sur.
El pontífice, agrega mons. Kang, "habló también a nosotros, que no somos más jóvenes. Nos ha invitado a reflexionar con humildad sobre nosotros mismos, encontrando nuestro personal camino hacia el alcanzar valores más altos de aquellos que hasta ahora hemos vivido hasta ahora. La admonición es no hacer del desarrollo económico de Corea un ídolo y no hacer siempre prioritario al bienestar, así serán el bálsamo para nuestra sociedad. Nos pidió que tengamos y expresemos la compasión por los pobres, los marginados. Y agregó que esta compasión se traduce en solidaridad concreta"
Este mensaje, explicó el prelado durante el encuentro con la prensa, "no lo confió sólo a las palabras, por cuánto bellas sean. Fie un testimonio viviente que, no obstante la edad, caminó por toda la nación toso el día, desde la mañana temprano hasta la noche tarde. Se quiso mostrar a todos aquellos que tenían un ardiente deseo de verlo, ha estrechado sus manos, escuchó sus lamentaciones y ofreció a ellos consolación. El encuentro con los niños discapacitados fue un ejemplo magnífico".
Pero la cosa más importante, agregó mons. Kang, "es que la solidaridad en relación con los pobres no debe ser entendida como una simple ayuda material, como una caridad estéril. Lo primero que tenemos que hacer en relación con aquellos que sufren, nos dijo Francisco, es acogerlos con amor en cuanto son hermanos y hermanas creados a imagen y semejanza de Dios. Debemos ayudarlos, siguiendo el ejemplo del Papa, a vivir una vida digna basada en las propias fuerzas. El pontífice literalmente caminó 5 días para manifestar su visión sobre el ser humanos y sobre el mundo".
Francisco, subraya mons. Kang, "habló también a nuestra sociedad. Nos dijo que la paz no significa ausencia de guerra, sino el resultado de la aplicación de la justicia en todos los sectores, De este punto de vista, creo que la paz en la península coreana debería iniciar en la coparticipación de una mentalidad basada sobre la fraternidad: debemos reconocernos como hermanos y como creaturas de Dios". (VFP).