Mumbai (AsiaNews)- Los casos de reconversión de los últimos días son causa de preocupación y de introspección pastoral, y representan un renovado reclamo al diálogo a nuestra nación. Cada persona goza de la libertad de conciencia, pero estos dos incidentes- el de Jaunpur y el de Aligarh, ambos en Uttar Pradesh- sucedieron a breve distancia el uno del otro. Y esto es inquietante. Sin embrago, estos acontecimientos son también una llamada de atención a la introspección: debemos analizar bien nuestra pastoral cristiana, interrogándonos sobre su adecuación y sobre la preparación espiritual.
Obviamente, debemos examinar con urgencia estos casos para entender si son realmente episodios de conversión/reconversión o si en cambio se los crearon a regla de arte, instigados por grupos ideológicos que tratan de fomentar estas diferencias.
En tiempos recientes, el Uttar Pradesh está atravesando problemas que tienen que ver con muchas comunidades religiosas: no sería inapropiado controlar si detrás de estas situaciones no haya intereses escondidos. Si no existan personas que a través de estos actos provocativos- que aumentan la desconfianza y la hostilidad. Estén tratando de obtener alguna ventaja política. Son preguntas que ponemos al gobierno y a la policía, que tienen la autoridad de entender mejor qué está sucediendo.
Al mismo tiempo, nosotros no acusamos a nadie de lo que sucedió. Pero tenemos que estar atentos, dada la cercanía temporal y geográfica de estas "reconversiones". Son momentos que nos llevan a reflexionar, que nos preocupan y que nos invitan a tomar medidas apropiadas.
El hinduismo por su naturaleza, tolera a todas las otras religiones, y abraza la gran realidad de nuestra nación. La libertad religiosa y la libertad de conciencia están reconocidas y tuteladas por el derecho internacional. Fue la Asamblea general de las Naciones Unidas que, el 10 de diciembre de 1948, adoptó sin ningún voto contrario la Declaración universal de los derechos humanos: y ésta reconoce que la entera humanidad goza de algunos derechos inalienables, que constituyen los fundamentos de la libertad, de la justicia y de la paz en el mundo.
Estos esporádicos episodios nos recuerdan la urgencia del diálogo interreligioso en nuestra multi-religiosa nación. A través del diálogo, el miedo, la hostilidad y la sospecha pueden dejar espacio para la amistad o cuánto menos a la tolerancia. El Papa Francisco, durante su viaje a Corea, habló de la importancia del diálogo interreligioso y subrayó como justamente el diálogo tenga raíces profundas en nuestra religión, que trata siempre de dar la bienvenida y comprender a los otros.
Es nuestra responsabilidad, en cuánto líderes religiosos, trabajar para promover la tolerancia interreligiosa, la voluntad de paz y de una armoniosa coexistencia.