Iglesia griego-católica: en Ucrania, Rusia es la responsable del esparcimiento de sangre
de Nina Achmatova
El Sínodo griego-católico acusa a la presencia de armamentos pesados, de miles de milicianos y tropas regulares rusas. La propaganda (rusa), destructiva como los armamentos. En Crimea retirados las visas a 5 imanes. Problemas también para un sacerdote griego-católico.

Moscú (AsiaNews)- La Iglesia griego-católica lanza un pedido a la comunidad internacional, para que se ponga fin al esparcimiento de sangre en Ucrania, causado- a su modo de decir- por Rusia. Mientras tanto en Crimea, la península sobre el Mar Negro, anexada por Moscú después de un referéndum popular en marzo, se registran dificultades en los permisos de estadía para exponentes del clero ya sea católico que musulmán de nacionalidad no rusa.

"Elevamos nuestras voces en nombre del pueblo de Ucrania y decimos a todas las personas del mundo: ¡Ucrania está sangrando! Este Estado soberano y pacífico ha sufrido la invasión militar directa por parte de su vecino", se lee en el pedido del Sínodo de los obispos de la Iglesia griego-católica (Ugkt) y publicado en el sito "Religiia v Ukarine". El Sínodo se realizó en Leópolis el 10 de septiembre pasado.

Los prelados denuncian la invasión de "centenares de unidades y armamentos pesados, equipamientos y miles de mercenarios armados y tropas del ejército regular ruso", que "están sembrando muerte y destrucción, no obstante los negociados del cese del fuego y los esfuerzos diplomáticos".

El Sínodo acusa también a la "propaganda, que no es menos nociiva que las armas de destrucción masa" y que está difundiendo odio en la sociedad, a través de la distorsión de los hechos. Y luego lanza una advertencia: "cualquiera esté matando a las ´perdonas en Ucrania no vacilará en apuntar las armas contra otros en el propio país y fuera de sus fronteras y atacar a cualquier Estado del mundo".

"¡Paren el baño de sangre en Ucrania!", es el pedido dirigido a todos los creyentes de cada religión o confesión, a las personas de buena voluntad y a los jefes de Estado y a los miembros de la comunidad internacional. En este momento-concluye el documento- el silencio y la no acción serán consideradas como "complicidad".

Mientras tanto, en Crimea se registran los rimeros problemas con los miembros extranjeros de las comunidades religiosas. Como publicado en el Forum 18, 5 de los 23 imanes turcos enviados por las autoridades locales en el ámbito de un programa de veinte años fueron obligados a dejar el país porque el servicio de inmigración ruso, rechazó prolongar sus permisos de residencia, explicando que ahora deben obtener el permiso ruso. Al mismo tiempo, otros se lamentaron que están siempre bajo el control del Fsb, el servicio de inteligencia ruso. Entre estos un cura griego-católico, Bogdan Kostetsky, el cual cuenta que fue interrogado varias veces, si bien los servicios secretos desmienten el haberlo convocado.