Papa: Evagelii gaudium, tantas personas "cansadas y agotadas" esperan a la Iglesia
A los participantes del encuentro internacional: "El proyecto pastoral de la Evangelii gaudium", Francisco hace notar la necesidad de escuchar y de la cercanía humana como clave para un evangelización eficaz. "Nuestra tarea no es el hecho de una convulsiva serie de iniciativas o de una ordenada codificación". "Hagamos el bien, pero sin esperarse la recompensa". "Sembremos y demos testimonio".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El Evangelio de Mateo narra la "compasión de Jesús, frente a la multitud, la ve cansada y agotada como ovejas que no tienen pastor". Esta imagen recuerda a las tantas personas "cansadas y agotadas" que "esperan a la Iglesia, ¡nos esperan a nosotros" ¿Cómo poder alcanzarlas? ¿Cómo compartir con ellas la experiencia de la fe, el amor de Dios, el encuentro con Jesús? Es esta la responsabilidad de nuestras comunidades y de nuestra pastoral". Así inició su discurso a los participantes del encuentro internacional: "El proyecto pastoral de la Evangelii gaudium", organizado por el Pontificio Concejo para la promoción de la nueva evangelización, en curso en el Vaticano del 18 al 20 de septiembre.

La tarea del pastor y el corazón de su compromiso, agregó, deben nacer de la escucha y del encuentro, pero son sostenidas por la oración y la meditación. En las dificultades como en las desilusiones que están presentes no raramente en el trabajo pastoral, "necesitamos no flaquear en la confianza en el Señor y en la oración que la sostiene".

Hablando de su exhortación apostólica, el Papa explica que esa tiene un "significado programático y con consecuencias importantes" porque "trata de la misión principal de la Iglesia, o sea ¡Evangelizar!  Pero, hay momentos, en los cuales esta misión se convierte o se vuelve más urgente y nuestra responsabilidad necesita ser despertada".

Francisco invita a no rendirse frente al pesimismo: "En medio de realidades negativas, que como siempre hacen ruido, nosotros vemos también tantos signos que infunden esperanza y dan coraje". Sin embargo, es necesario darse cuenta de "¡cuánta pobreza y soledad vemos en el mundo de hoy!" ¡Cuántas personas viven en grandes sufrimientos y piden a la Iglesia que les sea signo de cercanía, de bondad, de solidaridad y de misericordia de parte del Señor! Esta es una tarea que en modo particular les toca a cuantos tiene la responsabilidad de la pastoral".

Delante de tantas exigencias, advierte el Papa, "corremos el riesgo de asustarnos y de replegarnos sobre nosotros mismos en actitud de miedo y defensa. Y de allí nace la tentación de la suficiencia y del clericalismo, aquel codificar la fe en reglas e instituciones, como hacían los escribas, los fariseos y los doctores de la ley en tiempos de Jesús. Tendremos todo claro, todo ordenado, pero el pueblo creyente y en búsqueda continuará  atener hambre y sed de Dios".

Después está el trabajo pastoral. Otro aspecto que arriesga de sernos de obstáculo: "No sigamos, por favor, la voz de las sirenas que llaman a hacer de la pastoral una convulsa serie de iniciativas, sin lograr aferrar los esencial del compromiso de evangelización. A veces parece que estamos más preocupados en multiplicar las actividades en vez de estar atentos a las personas y al encuentro de ellos con Dios". Cediendo a esta tentación se arriesga una "pastoral sin oración ni contemplación", que "no podrá jamás alcanzar el corazón de las personas. Se detendrá en la superficie sin permitir que la semilla de la Palabra de Dios pueda enraizarse, germinar, crecer y dar frutos".

Por los tanto, concluye el pontífice, se necesitan "paciencia y perseverancia". No tenemos la "varita mágica" para todo, pero poseemos la confianza en el Señor que nos acompaña y no nos abandona nunca. En las dificultades como en las desilusiones que están presentes no raramente en nuestro trabajo pastoral, necesitamos de no flaquear en la confianza en el Señor y en la oración que la sostiene. Entonces no olvidemos que la ayuda nos es dada, en primer lugar, justo de aquellos que por nosotros acercados y apoyados. Hagamos el bien, pero sin esperar la recompensa. Sembremos y demos testimonio. El testimonio es el inicio de una evangelización que toca al corazón y los transforma".