Sanaa (AsiaNews/Agencias)- Después de semanas de violencias y enfrentamientos, gracias también a la mediación de las Naciones Unidas, el gobierno de Yemen y los rebeldes chiíes Houthi han alcanzado un acuerdo de paz. La oficialidad llegó ayer, mientras franjas rebeldes habían asumido precedentemente el control de algunos edificios del ejecutivo, de la radio y de la Tv pública de la capital. El acuerdo prevé la formación de un nuevo gobierno, que verá la participación de los Houthi y de otros grupos separatistas del sur del país, al que tocará nombrar un Primer Ministro dentro de 3 días.
El anuncio llega a pocas horas de distancia de las dimisiones del actual Primer ministro, Mohamed Basindawa, después de semanas de tensión entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes de Sanaa que causó decenas de muertos y centenares de evacuados. Él decidió dejar la guía del ejecutivo para preparar el terreno al acuerdo entre el presidente, Abdrabbuh Mansour Hadi y los rebeldes.
Según fuentes locales, la mayor parte de los edificios fueron ocupados sin combatir, porque el ejército abandonó los lugares. Testigos refieren que algunos soldados se quitaron los uniformes para no ser arrestados. Por el momento no se sabe cuáles sean los objetivos de los rebeldes y el mismo presidente sale debilitado por este acuerdo extirpado por la fuerza. Ellos deberían liberar las sedes militares y del gobierno, pero no está claro si respetarán esta parte del acuerdo.
Por ahora, los verdaderos perdedores son los miembros del movimiento islamista suní Islah; sin embargo, parece poco probable que aceptarán las recientes derrotas y el nuevo orden en manera pacífica.
Desde hace más de un mes, los rebeldes chiíes protestan en la capital del país tomando de mira los ministerios y bloqueando las calles que llevan al aeropuerto. Los Houthi son un grupo étnico de religión chií, originario del norte de Yemen, pertenecientes a la comunidad Zaidi; desde 2004 iniciaron ataques contra el poder central y las milicias filo-gobierno suníes.
Durante la revuelta de 2011, han adquirido un poder y una autonomía creciente en la provincia septentrional de Saada, provocando pesadas derrotas a los tribales apoyados por Islah en la provincia de Amran.