Hong Kong (AsiaNews)- Al quinto día de protestas de Occupy central por una total democracia en Hong Kong china, por boca de su ministro de Exteriores, Wang Yi, se pronunció públicamente sobre las cuestiones del Territorio. Después de haber participado en la Asamblea general de la Onu, Wang se encontró en Washington con el presidente Barack Obama y tuvo una conversación con el secretario de Estado, John Kerry. Hablando luego con los periodistas, Wang pidió a los Usa que "no intervengan en los asuntos internos de China". También denunció las manifestaciones de Hong Kong: "ninguna nación, ninguna sociedad podría tolerar este tipo de actividades ilegales que desafían al estado de derecho e hieren los intereses del público; no en una ciudad americana, ni tampoco en la china Hong Kong".
Al mismo tiempo él se mostró confiado en las capacidades de las autoridades del Territorio en "manejar la situación según la ley". Con toda probabilidad esto signifique que Beijing no prevé una operación del ejército u otros ataques violentos de la policía como el de hace 5 días contra los estudiantes, que han alimentado aún más la protesta.
Beijing ha tomado medidas para que el "virus" de la democracia no prenda en la República popular: desde hoy están suspendidos todos los viajes organizados desde China hacia Hong Kong y en Shenzhen fueron detenidas centenares de personas que querían llegar a Hong Kong para apoyar la lucha por la democracia. En las redes sociales fueron bloqueadas noticias y fotografías sobre Hong Kong, mientras que los medios oficiales atacan la "ilegalidad" de las manifestaciones.
En el Territorio la situación está calma, pero la tensión crece. Los estudiantes han puesto un ultimátum al jefe del ejecutivo, Leung Chun-ying: él debería dimitirse antes de esta noche. Si no lo hace, los estudiantes ocuparán (o rodearán) las oficinas del gobierno. Un grupo de hacker, auto-denominado "Anonymus" amenazó con atacar los equipos del gobierno.
También los líderes de Occupy Central pidieron las dimisiones del gobernador, "por el bien de Hong Kong". Leung es considerado responsable de las violencias realizadas por la policía e incapaz de llevar a Beijing las exigencias de la población. Al mismo tiempo, los organizadores piden a los estudiantes que permanezcan pacíficos.
También el card. Zen, desde el inicio al lado del movimiento democrático, dijo que las dimisiones de Leung son la única solución para terminar con las protestas.
Mientras tanto, en las calles y en Mong Kok permanecen miles de personas: por la mañana son pocas, pero a la tarde decenas de miles ganan las calles para demostrar su solidaridad con los ocupantes. Entre ellos muchas personas que vienen de China continental que exaltan lo que hacen sus "compatriotas de Hong Kong" a "favor de la democracia".
Crecen también las críticas: algunos turistas se lamentan porque en las zonas ocupadas hay ruido hasta altas horas de la noche, lo que no les permite dormir; los comerciantes y la federación de hoteles critican la ocupación porque ha llevado una drástica disminución de sus negocios.
La solidaridad hacia Hong Kong aumenta en todo el mundo: en al menos 64 ciudades se realizaron manifestaciones a favor de la que es definida como "la revolución de los paraguas". En la protesta llevan paraguas y se visten de amarillo, como símbolo de las pujas democráticas de la población del Territorio.