Vietnam: después de 3 años de cárcel y violencias, libre el activista católico Dau Van Duong
Duong fue condenado en el año 2012 por "propaganda contra el Estado". En la cárcel sufrió graves palizas, arriesgando morir. Las autoridades le impedían la lectura de la Biblia, que se la restituyeron después de una larga huelga de hambre. "Soy un afortunado por estar aún con vida" afirma y promete continuar luchando contra las injusticias.

Hanói (AsiaNews)- El gobierno vietnamita liberó al activista católico de 26 años, Antoine Dau van Duong, que estaba encarcelado desde hace más de 3 años donde casi se muere, por las repetidas palizas y violencias que le proporcionaron los guardias de la cárcel. Éstos le prohibieron hasta de leer la Biblia, en el tentativo de hacer decaer su fe. Duong formaba parte de 4 cristianos, incriminados y condenados en mayo de 2012 por "propaganda contra el Estado" después haber distribuido volantes en los cuales se alababa a la democracia. Los 4 fueron castigados en base al conocido art. 88 del Código penal vietnamita, una norma que-a decir de las asociaciones pro derechos humanos- es usada a menudo para arrestar a bloggers, abogados y a quienes critiquen a la dirigencia comunistas y del Estado.

Los jueces lo han condenado a tres a 3 años y 3 meses de cárcel; sin embargo las autoridades han anticipado la decadencia de los términos de la pena, ordenando la excarcelación y 18 meses agregados de libertad vigilada. Entrevistado por la Radio Free Asia (Rfa) poco después de haber vuelto a casa, en el distrito de Nam Dan, provincia de Nghe An, Duong dijo que era "un afortunado por estar todavía vivo", después de haber sufrido terribles violencias en el centro penitenciario de Nghi Kim.

Los guardias, cuenta, "permitían a los otros prisioneros que me pegaran, 2 lo hicieron desde las 10 de la noche hasta las 4 de la madrugada". Agradezco a Dios, el "poder estar todavía aquí hoy y en pie" "Habría podido morir. Mi cuerpo estaba todo dolorido, pero continuaba rezando y me recuperé".

En un segundo momento él fue transferido a la prisión número 5 de la provincia de Thanh Hoa, donde transcurrió el tiempo que le quedaba de la condena. Él estaba en la celda con "traficantes de droga, asesinos y ladrones", si bien por breves períodos los transcurrió con otros prisioneros políticos. Los guardias, varias veces, le secuestraron la Biblia, que le había sido restituida después de una larga huelga de hambre.

En el tiempo de la condena, asociaciones pro derechos humanos y organizaciones internacionales han denunciado al proceso como farsa y vergonzoso, en el cual emitieron una sentencia "sin ni siquiera una mínima prueba". Miembros de la diócesis de Vinh, los 4 jóvenes católicos participaban activamente en iniciativas de voluntariado, entre las cuales donaciones de sangre, ayuda a los huérfanos y a las víctimas de desastres naturales, ayudaron también a las mujeres a no abortar y llevar a término el embarazo.

Saliendo de la prisión, a los guardias que hablaban de un proceso terminado de reeducación del joven, él les respondió: "En realidad, ¡de hecho, no me he reducado! Y asegura que continuará la lucha contra las injusticias, junto a los otros activistas católicos.

De hace tiempo en Vietnam está en acto una campaña durísima del gobierno contra los disidentes, blogger, líderes religiosos (entre ellos budistas), activistas católicos o enteras comunidades como sucedió en la diócesis de Vinh, donde realizaron una campaña difamatoria y ataques seleccionados contra el obispo y los fieles. La represión golpea también a solos individuos culpables de reivindicar el derecho a la libertad religiosa y el respeto por los derechos civiles de los ciudadanos. Sólo en el año 2013, Hanói arrestó a decenas de activistas por "crímenes contra el Estado", en base a una norma que grupos pro derechos humanos califican como "genéricas y vagas". Con más de 6 millones de fieles, el catolicismo es la segunda religión por importancia y número en el país, después del budismo. De hace tiempo hay controversias con Hanói, en la mayoría de los casos por cuestiones ligadas a propiedades de terrenos o bienes eclesiásticos que el gobierno quiere confiscar.