Montagnards vietnamitas: mejor hambre y malaria en Camboya que las persecuciones de Hanói
Un grupo de 13 miembros de la minoría étnica dejó la provincia vietnamita de Gia lai y, después de haber atravesado la frontera, se escondió en los bosques de ratanakiri. Ellos deben enfrentar a los mosquitos infectados del parásito y la falta de comida. Pedido de las asociaciones activistas al gobierno de Phnom Penh, para que conceda asilo y asistencia. Pero la mayoría de las veces, son repatriados.

Phnom Penh ((AsiaNews)- Un grupo formado por 13 miembros de la minoría étnica montagnards, que han abandonado Vietnam por las persecuciones que sufren a causa de su fe cristiana, en Camboya están expuestos a la malaria y al hambre. Sin embrago, ellos no intentan abandonar la floresta- si bien está infectada de mosquitos que llevan el parásito- por miedo de ser arrestados y repatriados. La mayoría de ellos provienen de la provincia vietnamita de Gia lai y ha hecho un trayecto difícil que los condujo, en los primeros días de noviembre, a pasar la frontera y entrar en la provincia de Ratanakiri; por semanas ellos sobrevivieron al aire libre, sin un techo y buscando algo para comer y sobrevivir.

Entrevistados por la Radio Free Asia (Rfa) ,los montagnards cuentan sobre los riesgos que corrieron durante el viajes y el peligro de la travesía; sin embargo, tuvieron que huir a causa de las continuas amenazas de las autoridades vietnamitas. Algunos de ellos, durante el viaje fueron descubiertos por la policía camboyana y fueron repatriados.

"La policía de Gai Lai ha amenazado de matarme", cuenta a Rfa en modo anónimo un montagnard, haciendo notar la severidad y la dureza que deben enfrentar en Vietnam, su tierra de origen. La mayoría proviene de las provincias de los Altiplanos centrales y es objeto de una feroz y decenal persecución, que los ve privados también de la práctica del culto.  

En el 2001 y el 2004, al menos 2 mil personas emigraron a Camboya para escapar de las violencias de las autoridades vietnamitas, que les confiscan arbitrariamente los terrenos y los persiguen a causa de la fe cristiana. La mayor parte de ellos obtuvo asilo político, con los EEUU en primera fila en la concesión de visas.

La agencia de las naciones Unidas para los refugiados (Unhrc) anuncia iniciativas para hacerles obtener el asilo político a los montagnards escapados a Camboya. Phil Robertson, vice director de Asia de Human Rights Watch (Hrw), acusa al gobierno de Phnom Penh que no defienden a los refugiados, es más, que normalmente los repatrian a Vietnam. Khieu Sopheak, vocero del ministerio camboyano del Interior anuncia investigaciones para evaluar si existan extremos para la concesión de asilo y la relativa asistencia. Sin embargo, asociaciones y grupos activistas de la provincia de Ratanakiri subrayan que los montagnards no creen en las promesas y aseguraciones de las autoridades de Phnom Penh.