Myanmar. Liberado prisionero político Rohingya. Decenas de activistas todavía en cárcel
Tun Aung, condenado a 17 años de prisión a continuación de una "proceso farsa", recibió la gracia presidencial. Decisiva una campaña de presión internacional. Él fue condenado mientras trataba de frenar las violencias entre budistas y musulmanes en el Estado de Rakhine. Activistas birmanos: "El gobierno libera algunos prisioneros políticos, para después arrestar un par más".

Yangón (AsiaNews/Agencias)- El gobierno birmano ordenó la excarcelación de un médico y líder Rohingya de primer plano, arrestado en el año 2012 mientras trataba de frenar las violencias confesionales entre musulmanes y budistas en el Estado occidental de Rakhine. Activistas y organizaciones pro-derechos humanos reciben con favor la noticia, pero también recuerdan que- a despecho de las promesas del presidente reformista Thein Sein- todavía hoy en las cárceles de Myanmar hospedan a decenas de prisioneros políticos. Desde la caída del régimen militar, en 2011, el gobierno birmano dispuso la liberación de más de mil detenidos por reatos de opinión o políticos; una movida que sirvió para disminuir las presiones internacionales y la remoción de parte de las sanciones. Pero aún hoy, las cárceles del país están repletas de decenas de periodistas, activistas, manifestantes pacíficos y campesinos que se rebelaron a la expropiación de sus propios terrenos.  

La cuestión de Tun Aung, condenado a 17 años de prisión a continuación de un proceso "farsa", había ganado notable atención también a nivel internacional. En junio de 2012, él había sido acusado de haber fomentado las violencias entre musulmanes Rohingya y budistas Rakhine y por esto fue encarcelado; sin embargo, según testigos locales y activistas presentes en la zona fueron las mismas autoridades birmanas a pedir al médico y líder intervenir para frenar los enfrentamientos.

En estos dos años y medio de cárcel se repitieron los pedidos y las iniciativas para obtener la liberación; justamente la movilización internacional resultó decisiva para obtener amnistías, reducciones de penas y por último, la gracia presidencial. Comentando la liberación, activistas y organizaciones pro-derechos humanos subrayando que el gobierno de Naypyidaw "libera prisioneros políticos, para luego arrestar un par más".

Myanmar está compuesto por más de 135 etnias, que han siempre tenido problemas de convivencia en manera pacífica, en articular con el gobierno central y su componente de mayoría birmana. Desde junio 2012 el Estado occidental de Rakhine es teatro de enfrentamientos entre budistas birmanos y Rohingya, que han causado al menos 200 muertos y 250 mil evacuados.

Según estimaciones de las Naciones Unidas en Myanmar- nación de mayoría budista, con 50 millones de habitantes- hay todavía 1,3 millones de personas pertenecientes a la minoría musulmanas, que el gobierno considera inmigrantes irregulares y que por esto son objeto abusos y de persecuciones.

Hay ahora todavía 140 mil evacuados en los centros prófugos que, según cuánto establecido por el gobierno birmano, deben aceptar la clasificación de bengalíes- y obtener la ciudadanía- o permanecer "de por vida" en los campos. Al interior de estos están privados de los más mínimos derechos individuales, como la asistencia sanitaria, educación o un trabajo. Contra la marginación y el abandono en el cual se encuentra la minoría musulmana intervino varias veces también la Iglesia católica birmana.