Beijing envía a Lhasa un nuevo río de emigrantes han: los tibetanos corren el riesgo de la extinción
El gobierno central obliga a 280 mil ciudadanos a desplazarse a la capital tibetana para "apoyar el progreso de la región". El gobierno en exilio: "Con esta excusa, están de hecho marginando a los nativos de toda esfera de influencia", Desde el lanzamiento de las políticas migratorias a hoy, los no tibetanos que viven en la región son decuplicados.

Dharamsala (AsiaNews)- El gobierno de Beijing autorizó el desplazamiento de 280 chinos de etnia han (mayoritaria en China) a Lhasa, capital del Tibet. Según el ejecutivo, se trata de una movida para "reforzar la población urbana permanente", para los tibetanos, en vez, es una decisión tomada para "aplastar aún más" la identidad local. Este nuevo flujo migratorio aumentará el número de residentes del 30% y llevará dentro del 2020 a la población urbana a superar el millón de unidades. Los nativo al contrario, viven en el campo o en pequeños centros urbanos que no superan los 5 mil habitantes.

Beijing aprobó el plan de urbanización propuesto por el gobierno local del Tibet. Lobsang Jamcan, jefe del ejecutivo regional, lo motivó con la "necesidad de uniformar el Tibet con el resto del país". "Debemos mejorar los servicios públicos en las ciudades para atraer más talentos de afuera para reforzar nuestra economía".

El proyecto forma parte de un plan general preparado por Deng Xiaoping a fines de los años 70 del siglo pasado. Para "integrar" el Tibet a la madre patria, el entonces líder comunista dio un gran impulso a las políticas migratorias de los ciudadanos de etnia han-mayoritaria en China- ya lanzadas por Mao Zedong. Con el aumento de las capacidades técnicas y de la infra-estructuras, entre los años 80 y el 2013 la población urbana no tibetana decuplicó.

Con la apertura del ferrocarril que une Gormo (en China) con Lhasa (en Tibet), realizada en el año 2006, cada día unos 3 mil han desembarcan en la región: de éstos, dicen las estadísticas oficiales, "la mitad permanece por un período indefinido de tiempo". En septiembre de 2011, además, Beijing anunció un desplazamiento de 300 billones de yuan (unos 38 billones de euros) para apoyar 226 "proyectos claves" para el desarrollo del Tibet. Estos van del sector ferroviario a los diques, pasando por la explotación de subsuelo y la promoción del turismo. Todos fueron dados a empresas de propiedad han.

El gobierno tibetano en exilio, que vive en Dharamsala, junto al Dalai Lama desde la fuga en 1959, acusa a las políticas migratorias. "Bajo el mato del desarrollo económico y social, Beijing alienta a su población a emigrar al Tibet con la clara finalidad de marginar a los tibetanos de la esfera económica, educacional, política y social.

Según los exilados tibetanos, por el momento en la región viven unos 7,5 millones de chinos han contra los 6 millones de tibetanos. Además, desde 1992, Beijing colocó en la zona a 40 mil soldados fijos: la cifra tocó las 100 mil unidades, durante la crisis de las auto-inmolaciones de los residentes que se dieron fuego en centenares para protestar contra la persecución comunista.