Milán (AsiaNews)- En sus primero viajes "misioneros", el Papa Francisco visitó a la Iglesias de Corea del Sur, Sri Lanka y Filipinas. Una elección significativa, que debe hacer reflexionar a todos los creyentes en Cristo: el Papa quiere orientar a la Iglesia universal hacia la última "frontera" de la misión a las gentes, el continente asiático, donde viven el 62% de todos los hombres y el 855 de los no cristianos. Sobre 4 billones y 262 millones de asiáticos, los católicos son más o menos uno 170 millones, mitad de los cuales en Filipinas, el único país de mayoría católica (además del pequeño Estado de Timor Este, ex colonia portuguesa).
Con las iglesias orientales y protestantes, los cristianos asiáticos son menos de 300 millones. A dos mil años de Cristo, más de la mitad del género humano no aún recibido la "buena noticia" que los ángeles daban a los pastores en la noche de Belén: "hoy nació para vosotros el Salvador, el Mesías, el Señor, que será de gran alegría para todo el pueblo".
Para la Jornada misionera mundial 2014, Francisco lanzó este mensaje: "Hoy hay todavía muchísima gente que no conoce a Jesucristo. Por lo tanto, permanece la gran urgencia la misión "ad gentes", a la cual todos los miembros de la Iglesia son llamados a participar, en cuanto la Iglesia es por su naturaleza misionero.
En el primer milenio después de Cristo, el Evangelio alcanzó a los pueblos de Europa (Rusia en el S. X); en el segundo milenio, las Américas, África y Oceanía (los mil millones de africanos son por mitad cristianos); en el tercer milenio la Iglesia debe anunciar a Cristo en el continente asiático.
En Italia tenemos un poco todos, una visión miope del mundo, Asia interesa por la economía, la política y el turismo, poco o nada por las religiones. Inútil lamentarse: prensa y televisión son el espejo de un país y de un pueblo. Al inicio del tercer milenio, Juan Pablo II decía: "El cristiano debe tener la mente y el corazón grandes como el mundo".
La misión a las gentes es todavía y siempre de gran actualidad, hasta que el Salvador no haya alcanzado las extremas periferias de la humanidad, dado que todo lo pueblos y de todas las culturas tiene necesidad de Cristo, de la paz y de la alegría de Cristo. La "Evangelli gaudium" con estas palabras (n.1). "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida de aquellos que se encuentran con Cristo, aquellos que se dejan salvar por Él y son liberados del pecado, de la tristeza del vacío interior. En esta Exhortación deseo dirigirme a los fieles cristianos, para enviarles a una nueva etapa evangelizadora marcada por esta alegría e indicar vías para el camino de la Iglesia en los próximos años". Francisco nos provoca haciéndonos protagonistas de su plan de anunciar y testimoniar a Cristo a todos los hombres.
La misión "ad gentes" está profundamente cambiada y más aún cambiará entrando en contacto directo con las grandes religiones y culturas asiáticas, con reflejos positivos sobre toda la Iglesia. El acervo negativo del período colonial es que en buena parte de Asia los cristianos son aún considerados minorías extranjeros. En India es común el dicho "el verdadero hindú es sólo el hindú", en Tailandia el verdadero tailandés es solo el budista (los convertidos del budismo al cristianismo casi no existen). Un cura birmano escribió a AsiaNews : "Si bien la Iglesia católica birmana haya hace poco celebrado los 500 años de su presencia en Myanmar, la vida de un cristiano en Myanmar es comparable a la de un extranjero en su propia tierra... Los prejuicios contra los cristianos se refirieren el "mantra" de la identidad nacional, según la cual ser birmano es ser budista". Entonces, ¿nosotros cristianos quiénes somos? En concreto somos extranjeros en nuestra propia patria, a veces somos vistos como traidores".
Es sólo una de las dificultades que la misión a las gentes encuentra hoy en Asia. Este es el gran desafío al cristianismo, el primero, gran desafío a nuestra visión del mundo, de la historia, de la fe, de la iglesia y de la misión. El ateísmo y el materialismo de Occidente son fenómenos post-cristianos, o sea el rechazo de Cristo, pero también de derivación cristiana, porque fundan sus raíces en la Biblia y en el Evangelio: "La civilización del Occidente caería en la nada, si se quitase la Biblia", afirma el filósofo Karl Jaspers.
Asia está entrando en el mundo moderno (ejemplo clásico Japón) asumiendo los "valores evangélicos" (paz, bondad, fraternidad, justicia, libertad, democracia) sino alejándolos de la persona de Cristo y de la fe en el Dios único y verdadero. El cristianismo es reducido a un código moral, a una suma de valores éticos y humanistas, que ya se encuentran al menos en parte en el budismo, en el confucianismo, en el hinduismo y en el islam. He aquí el desafío de Asia: ¿Qué sentido tiene hoy la misión a las gentes en el continente asiático y por el futuro de la humanidad, que se juega sobre todo en Asia?
Cuando se dice que "la misión a las gentes terminó, les toca a las jóvenes iglesias anunciar a Cristo a sus pueblos", o si no. "los institutos misioneros no tienen más sentido", se manifiesta sólo una visión miope de la Iglesia. En la "Redemptoris Missio" se lee (n.30). "La misión a las gentes está sólo al inicio", justamente porque la mayoría de los 4 o más billones de asiáticos todavía no conocen la "buena noticia" que Cristo, el Hijo de Dios, es único Salvador del hombre.
Y este no es un problema de las jóvenes Iglesias, sino de todos los creyentes en Cristo, de todas las instituciones de la Iglesia católica, que es vista como una religión del Occidente. El primer anuncio de Cristo en Asia es tarea primaria de las jóvenes iglesias asiáticas y ya nacieron institutos misioneros dependientes de las Conferencias episcopales en India (3), Corea del Sur, Filipinas, Tailandia, Myanmar, pero todo el Occidente cristiano debe aprender y tomar conciencia de que el "diálogo de la vida" con Oriente comprende también el aspecto religioso, caritativo, cultural, educativo.
En una Nota pastoral de la Cei de enero de 1987 ("Los institutos misioneros en el dinamismo de la Iglesia italiana) se lee. "La presencia de los institutos misioneros, de prensa y animación misionero al interior de la comunidad cristiana está finalizada a alimentar aquella conciencia misionera que solicita a cada cristiano y a la misma comunidad a sentirse responsables del anuncio evangélico a todos los hombres".
En la asamblea general de 1972, el Pime reafirmaba su "elección preferencial para Asia", de la cual nacían "el Instituto estudios asiáticos" (unido con la Universidad católica de Milán), el encuentro y el diálogo entre monjes cristianos, hindúes y budistas; en 1985 el "Silsilah" en Filipinas, adoptado por la Conferencia episcopal para el diálogo con el islam; y la escuela superior de formación pastoral misionera "Euntes", para los sacerdotes diocesanos, las hermanas y los catequistas asiáticos (de una docena de países).
Desde 1995, en China 3 padres del Pime se agregó al "Huiling", una red de casas reconocidas por el gobierno que hospedan a minusválidos, iniciada en 1985 por Meng Weina (hoy católica convencida con el nombre de Teresa), introduciendo métodos nuevos y capacitación para usar la computadora. Y finalmente, en 1986 la agencia AsiaNews en papel y en internet desde el 2003, que adquirió una resonancia mundial. También en estas iniciativas son "misión a las gentes de Asia".