Trata de migrantes, la Iglesia indonesia: no basta la lucha al tráfico, se necesita formación
de Mathias Hariyadi
Pastoral de migrantes: objetivo es "ofrecer una formación concreta" a los futuros migrantes, para competir "en el mercado del trabajo". Crisis económica y desocupación alimentan la trata. La iglesia en ayuda al Ministerio para los Asuntos sociales en la gestión y en el socorro de prófugos y desesperados.

Yakarta (AsiaNews)- "Nuestro principal objetivo no es sólo el de contrastar la trata de seres humanos, sino que ofrece al mismo tiempo una formación concreta a los potenciales trabajadores migrantes, para que estén listos para partir y enfrentar el mercado del trabajo". Es cuánto cuenta a AsiaNews el p. Petrus Christian Siswantoko, presentando el trabajo de la Iglesia indonesia contra las formas modernas de esclavitud, en preparación para la primera Jornada cintra la trata de personas que la Iglesia celebra el próximo 8 de febrero. Secretario ejecutivo de la Comisión de Justicia y Paz y de la Pastoral para los migrantes de los obispos indonesios (Kwi), el sacerdote está en primera fila en la lucha contra la explotación de los trabajadores emigrantes. Un sector, advierte, en el cual la Iglesia local ha olvidado por mucho tiempo pero que, en los últimos años, se convirtió de estrecha actualidad y ha visto el compromiso de los obispos, curas, monjas y laicos del país.

La atención de la Iglesia está concentrada sobre las poblaciones más ´pobres y marginadas de las zonas más remotas de Indonesia, víctimas tanto del tráfico de vidas humanas y también de una migración ilegal, priva de escrúpulos y de derechos por la persona. Fundada en 2004, la Comisión de Justicia y Paz y de la Pastoral para los migrantes de la Kwi explica que "en un período de crisis económica" y de dificultades en el sector de la ocupación estas formas modernas de esclavitud están destinadas a aumentar. "Lamentablemente- explica el p. Siswantoko- no hay muchas posibilidades de trabajo en estas zonas".

El sacerdote concentra la atención en la provincia de East Nusa Tenggara (Ntt), en la cual está concentrada una nutrida representación católica en la nación musulmana más poblada del mundo; en la zona la mayoría de las víctimas del tráfico- ilegal- y no- de vidas humanas y en edad de trabajo, con una edad que varía de 14 a 30 años. El Ministerio indonesio para los Asuntos sociales se dirige a menudo a la Iglesia católica, para pedir ayuda en la gestión y el socorro de los prófugos desesperados, en muchos casos repatriados- porque sin permiso- de otras naciones del área.

De hace algunos años, la Conferencia episcopal indonesia promueve actividades pastorales para estas personas "sin esperanza", gracias también a la preciosa obra de las hermanas de 4 órdenes religiosas que obran en ´primera fila en la sistencia de las víctimas de la trata de vidas humanas.

Entre las tantas, el sacerdote recuerda la historia de la señorita X"-identificada con un sobrenombre, para proteger su privacidad- "obligada a interrumpir sus estudios a causa de las precarias condiciones económicas de su familia". Un traficante sin escrúpulos la llevó a Malasia, donde ha trabajado como doméstica: "Sin embargo, un día-agrega el sacerdote- es detenida por la policía porque no tenía el permiso para trabajar" y el patrón "no quiso darle garantías para ella". Y también las operaciones de vuelta a casa, a menudo, se hacen con procedimientos que no respetan "los derechos humanos": "son centenares los casos parecidos a este- cuenta el p. Siswantoko- deportados a la fuerza de países de más allá del mar".

Obispos, sacerdotes y hermanas han dado vida ene l tiempo a iniciativas dirigidas a tutelar a las víctimas, entre las cuales sesiones de análisis y confrontación para las víctimas que puedan así contar sus experiencias y formar las conciencias críticas sobre el fenómeno de la trata. Las mujeres son a menudo usadas (si no explotadas) como domésticas, en los centros comerciales, en las fábricas o-entre las hipótesis peores- en locales nocturnos. El p. Siswantoko subraya la importancia de la obra de prevención y recuerda que, hasta ahora, sólo pocas diócesis del país se mostraron interesadas en la problemática y se prodigaron en el traer contribuciones de la Iglesia a estas personas sin esperanza. Entre las varias realidades, el sacerdote elogia a la de Pangkalpinag, en la diócesis de Sumatra, que define "un modelo" en el compromiso hacia las víctimas de la trata. "La isla de Batam está a pocos pasos de Singapur" refiere y es "un área de tránsito, estratégica para los trabajadores migrantes indonesios". El secretario ejecutivo Kwi invita al final a mirar a las diócesis ultramares, entre las cuales la de Sabah.Serawak en Malasia, cuyo compromiso en el cuidado pastoral hacia los migrantes constituye un ejemplo.