Papa: los coptos muertos en Libia "fueron asesinados por el mero hecho de ser cristianos"
"La sangre de nuestros hermanos cristianos es un testimonio que llora. Sean católicos, ortodoxos, coptos, luteranos no importa:. ¡son cristianos! Y la sangre es la misma, la sangre da testimonio de Cristo".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los coptos asesinados en Libia "fueron asesinados por el mero hecho de ser cristianos", el suyo es "un testimonio que llora", es decir "el ecumenismo de la sangre" que invita a seguir adelante en el camino de la unidad. El papa Francisco lo expresó así, hoy, su "profundo y triste sentimiento" por las noticias de los egipcios coptos cristianos asesinados por los terroristas del Isis en Libia.

El Papa se reunió una delegación de la Iglesia Reformada de Escocia y respondiendo al Moderador, rev. John P. Chalmers, dijo: "Permítanme usar mi lengua materna para expresar un sentimiento profundo y triste. Hoy he podido leer la ejecución de esos veintiún o veintidós cristianos coptos. Decían solamente: 'Jesús, ayúdame'. Fueron asesinados por el solo hecho de ser cristianos. Usted, hermano, en su discurso ha hecho referencia a lo que sucede en la tierra de Jesús. La sangre de nuestros hermanos cristianos es un testimonio que grita. Sean católicos, ortodoxos, coptos, luteranos, no importa: ¡son cristianos! La sangre es la misma. La sangre da testimonio de Cristo. Recordando a estos hermanos que han muerto por el solo hecho de dar testimonio de Cristo, pido que nos animemos unos a otros a seguir adelante con este ecumenismo, que nos está animando, el ecumenismo de la sangre. Los mártires son de todos los cristianos".


Ya en su discurso, Francisco, destacando el buen estado de las relaciones entre las dos Iglesias, había subrayado la necesidad de un testimonio común. "En nuestro mundo globalizado y, a menudo desorientado - dijo - un testimonio cristiano común es un requisito necesario para la agudeza de nuestros esfuerzos evangelizadores. Somos peregrinos y peregrinamos juntos. Tenemos que aprender a "confiar en el corazón del compañero de viaje sin sospecha, sin desconfianza, y mirar primero lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios "(Evangelii gaudium, 244)".

"La fe y el testimonio cristiano - concluyó - se encuentran de frente a estos retos, que sólo uniendo nuestros esfuerzos podemos llegar a un servicio efectivo a la familia humana y permitir que la luz de Cristo llegue a todos los rincones oscuros de nuestro corazón y nuestra mundo. Que el camino de la reconciliación y la paz entre nuestras comunidades acerquen siempre más a los unos con los otros, de modo que, movido por el Espíritu Santo, podamos llevar a todos la vida y llevarla en abundancia".