Narcotráfico y diplomacia: Yakarta llama a su embajador en Brasil
de Mathias Hariyadi
La presidente Dilma Rousseff no aceptó las credenciales del delegado indonesio, en protesta contra la condena a muerte de un ciudadano brasilero por despacho de droga. El hombre debería ser ajusticiado la semana próxima, pero es esquizofrénico. Indonesia confirma la ejecución de 7 narcotraficantes extranjeros y un connacional.

Yakarta (AsiaNews)- esta mañana indonesia mandó a llamar a Yakarta al embajador designado para Brasil, Toto Riyanto, en protesta por el atraso manifestado por el gobierno del país sudamericano en el aceptar las credenciales del delegado. El incidente diplomático sucedió antes que sea ajusticiado un ciudadano brasilero en una prisión de Central java, condenado a muerte por despacho de droga. La ejecución se realizará dentro de 7días. 

Como es de protocolo, ayer por la mañana Riyanto se encontraba en el Palacio de Estado del presidente brasilero, Dilma Rouseff para presentar sus credenciales diplomáticas. Sin embrago improvisamente se le pidió al representante indonesio que se retirara dl edificio. Como refirió el ministro indonesio de Exteriores, su contraparte brasilera habría pedido a Riyanto de abandonar el Palacio de Estado, en signo de protesta contra la rígida posición de la administración indonesia de ajusticiar en los próximos días a un ciudadano del país latinoamericano.

"Por el momento-declaró Rouseff durante la ceremonia- es urgente esclarecer nuestras relaciones diplomáticas con Indonesia".

El condenado a muerte se llama, Rodrigo Gularte, de 42 años. Según los medios, el hombre sufre de esquizofrenia y debería ser internado en una estructura psiquiátrica. El 17 de diciembre de 2014 otro ciudadano brasilero, Marco Archer Cardoso Moreira, de 53 años fue ejecutado por tráfico de droga.

En la tarde de ayer Retno Marsudi, ministro de Exteriores de Yakarta, confirmó que no atrasará nada en la ejecución de los 7 ciudadanos extranjeros (de nacionalidad francesa, brasilera, australiana, ghanesa y filipina) y un indonesio, todos condenados por narcotráfico. "Nuestro compromiso en el declarar guerra a la droga- declaró- no tiene sólo la finalidad de salvar a nuestros jóvenes, sino a todo el mundo".

"Este acto impropio- declaró el ministro indonesio- es duro de creer y de aceptar desde el punto de vista diplomático". Marsudi definió  lo ocurrido como "un grave error diplomático", y agregó. "Como Estado independiente, tenemos nuestras reglas y nuestro sistema legal para proteger los intereses nacionales. Cualquier intrusión extranjera en nuestros asuntos domésticos no es apropiada en cuestiones que involucran nuestro compromiso decidido en combatir el despacho de drogas".