Damasco (AsiaNews)- "Se habla de más de 90 fieles raptados, pero según algunos el número sería aún mayor, quizás 150; una iglesia destruida, al menos 3 pueblos de rito asirio fueron ocupados, la gente tuvo que escapar. No tenemos aún noticias exactas, pero lo que sabemos por los testigos la situación es dramática". Es cuánto afirma a AsiaNews, el Vicario apostólico de Alepo de los Latinos, mons. Georges Abou Khazen, comentando el ataque efectuado el 23 de febrero pasado por el Estado islámico contra algunos pueblos cristianos asirios en el nordeste de Siria. Atacados numerosos centros entre los cuales Tel Tamar, Tel Shamiran, Tel Hermuz, Tel Goran y Tel Khareta. Testigos refieren que una mujer había sido violentada antes luego asesinada por los jihadistas, pero por el momento no hay confirmaciones oficiales. El Nuncio apostólico en damasco, mons. Mario Zenari, subraya que "entre los cristianos reina una percepción de abandono" frente a un "sufrimiento transversal, que golea a todos".
Para el presidente del Concejo Nacional Siríaco, Bassamlsshk, el npumero actualizado de los cristianos secuestrado es la menos de 150, muchos de los 90 hipotizados en un primer momento. El ataque interesó a la gobernación nord-oriental de hal- Hasakah, en una zona habitada por antiguas comunidades cristianas asirias que desde hace siglos viven en la zona. Los milicianos del Estado islámico habrían también iniciado a matar algunos rehenes.
Una fuente local, que pide el anonimato por obvios motivos de seguridad, afirma que "los jihadistas han detenido a muchísimas personas, entre las cuales mujeres, ancianos y niños... ha quemado sus habitaciones, y también han dado fuego a un iglesia, Serían al "menos 6" las personas asesinadas, los terroristas "también han violentado a una mujer antes de matarla".
El Concejo militar siríaco, organización para militar cristiana, explica que el ataque a los pueblos cristianos sería una venganza a la derrota en la ciudad de kobane y en otros pueblos de la zona, teatro de una ofensiva de los Peshmerga y de los ataques aéreos de la coalición internacional. Una tesis compartida por el Nuncio apostólico en Damasco que, entrevistado por AsiaNews, subraya: "Bajaron de las montañas hacia las 3 de la madrugada del 23 de febrero y han tomado una zona habitada en gran parte por cristianos asirios-nestorianos". Para mons. Zenari era "una zona riesgo", porque "ya hace 4 o 5 meses atrás recibí un sms del obispo de Hassaké, en el cual decía que el peligro de una invasión de los jihadistas era elevado". Expulsados de Kobane, agrega el prelado, "se dirigieron a estos pueblos, para ocupar más terreno".
Los cristianos viven una "percepción de abandono", confirma el nuncio apostólico, pero los sufrimientos "tocan a todos los grupos, veo sangre por todos lados: en las ciudades, en los barrios, el desierto ha cambiado de color, no es más amarillo es de color sangre". El prelado desea que "antes o después la razón pueda prevalecer" y "la guerra termine, debe terminar", si bien por el momento "estamos aún en pleno invierno, pero ¡que primavera árabe!".
El Vicario apostólico de Alepo se dirige al Occidente y a la comunidad internacional afirmando con fuerza que: "la intervención militar contra el estado islámico no es la vía correcta ni justa" para resolver la crisis y restituir paz y seguridad a Siria e Irak. "Jamás he creído en la guerra- precisa- porque esta no crea otra cosa que odio y divisiones". Occidente, prosigue el prelado, dice combatir a estos grupos "pero los ayuda por otra parte". "¿Quien compra su petróleo, quien les vende armas, quien está involucrado en el tráfico de objetos arqueológicos, de bienes artísticos de inestimable valor?". Mons Georges Abou Khazen ve mucha "hipocresía" en la lucha contra los terroristas, "que no se resolverá ciertamente con las bombas, sino dejando de financiarlos a nivel económico y militar. Lo que pedimos es que no se ayude a esta gente, no venderles armas, lo decimos desde hace tiempo, pero nadie nos escucha".
El Vicario de Alepo, recuerda además que la comunidad asiria bajo ataque vive "de hace miles de años en la zona, con sus propias tradiciones y ritos antiquísimos. Los han erradicado si poder defenderse. Se hacen campañas para defender a los animales en extinción, para dejarlos vivir en su hábitat- acusa- y, ¿por nosotros qué hacen realmente? Entre los fieles hay un sentimiento de miedo, confirma Mons. Georges, "muchos quieren escapar y es una señal muy peligroso. Vaciar estas tierras del cristianismo es una desgracia para todos. Quizás si se quisiese dar vida a otro Afganistán, en manos de los nuevos talibanes". Esta es nuestra lectura, concluye el prelado, quieren "vaciar Medio oriente de los cristianos y crear muchos pequeños Estados confesionales: Nosotros los cristianos somos los púnicos esparcidos por todo el territorio de Siria e Irak, somos el solo elemento que defiende la unidad del país y mantener vivo el valor del pluralismo... un elemento que quieren siempre más destruir". (DS).