Lahore (AsiaNews). Hablando durante una transmisión ayer, los líderes católicos y protestantes han pedido perdón por el asesinato de dos personas sospechadas de haber realizado los ataques terroristas, linchados y luego quemados por un grupo de cristianos enfurecidos.
Violentas protestas explotaron en las principales calles de Lahore, después de los atentados suicidas que han golpeado a 2 iglesias en Youhanabad, llenas de fieles para las celebraciones dominicales. Los ataques han causado la muerte de 17 personas, de las cuales 7 musulmanes y 70 fueron los heridos. La policía arrestó a 2 hombres islámicos armados que se encontraban en el lugar, pero un grupo de personas aferró a los presuntos culpables, les pegaron hasta matarlos y luego han quemado sus cuerpos frente al ingreso del barrio.
Dos días después los medios han identificado a uno de ellos. Se trata de Muhammad Naeem, de 22 años, un vidriero del lugar. La segunda víctima es Babar Nauman de 15 años, un zapatero de Sargodha. Sus parientes lo han reconocido. Hoy la Unión de comerciantes de las periferias meridionales de la ciudad han bajado las persianas de los negocios como signo de protesta contra el asesinato de los "inocentes" musulmanes.
Casi 1.500 policías fueron dispuestos en el barrio cristiano, donde los agentes están patrullando las calles sucias y los negocios cerrados. Más de 35 escuelas cristianas de Youhanabad reabrirán el 24 de marzo.
El p. Emmanuel Yousaf Mani, director de la Comisión nacional de Justicia y paz (Ncjp) de la Iglesia católica paquistaní, refiere: "Nosotros pedimos perdón por la reacción de la comunidad cristiana. Los predicadores rezan sólo por la paz, pero nosotros no somos expertos en anti-terrorismo". El sacerdote habló durante una transmisión organizada frente a la gruta de María en la iglesia católica de S. Juan, cuyo ingreso fue dañado en el ataque de los talibanes.
Delante de más de 200 cristianos sentados en el recinto de la iglesia, estaba también el arzobispo de Lahore, Sebastian Shah, dos curas católicos, dos pastores protestantes, dos estudiantes islámicos y oficiales de la policía. El prelado aseguró al gobierno la colaboración de la comunidad cristiana.
La reacción de los musulmanes
Precedentemente el prelado había visitado al jefe de Ministros del Punjab, Muhammad Shehbaz Sharif, acompañado por una delegación cristiana. La situación quedó tensa desde el momento que algunas familias cristianas fueron obligadas a transferirse a los de parientes por la falta de soluciones habitacionales y por miedo a las retorsiones.
Representantes de los musulmanes han criticado la reacción de la Iglesia y pidieron una pública declaración de condena del linchamiento, pidiendo además a los líderes cristianos que entreguen a los culpables. Según lo que refiere Moulana Tahir Mehmood Ashrafi, presidente del PaKistan Ulema Council, los cristianos eran las víctimas pero se convirtieron en tiranos a causa de algunas "malvadas" personas.
Otros representantes sostienen: "Vosotros no lograron llevar y enseñar el mensaje de paz de Cristo. Es vuestra la responsabilidad y deber moral instituir una comisión para investigar sobre el accidente. Es fácil predicar desde el púlpito, pero quizás los líderes religiosos no están mentalmente preparados para dirigir la situación en el campo".
Youhanbad en crisis
"El jefe de ministros nos ha asegurado protección completa, en particular durante la homilía del viernes. Ahora es la policía quien tiene la responsabilidad de arrestar a las personas involucradas en el linchamiento", afirma el p. Mani, el primero en llegar a Youhanbad y a ver con sus propios ojos los cuerpos de los dos muertos.
Él declara a AsiaNews: "Este gesto 8el linchamiento) ha puesto en punto cero nuestra posición en los ataques a las iglesias. Nosotros ahora sólo tenemos que pedir perdón".
El pastor Arshad Ashknaz, agrega además que hay "presiones para arrestar a los cristianos" emitidas después de los asesinatos. "Nosotros estábamos presentes en la ofensa que hicieron contra la congregación mientras todo esto sucedía. Ahora las noticias no hablan más las noticias de las explosiones, sino que fueron obscurecidas por lo sucedió después. Nosotros condenamos los asesinatos y no estamos seguros de cómo se resolverá la situación", dice el pastor, en respuesta a las acusaciones dirigdas contra la Iglesia cristiana, la cual lleva aún la mancha de la sangre derramada.
"Yo tengo 16 mil parroquianos, pero no los conozco a todos. Los responsables deben ser consignados a la justicia, pero ¿quién nos asegura de su incolumidad?", pregunta el pastor a AsiaNews. "Durante los funerales, aseguré a la gente presente la protección de parte del gobierno, de modo que inicien a reabrir los negocios. Hoy hemos reabierto las escuelas, pero ninguno vino. Las calles que antes estaban llenas ahora están desiertas".