Líderes islámico- cristianos: más allá de los prejuicios, la paz en Mindanao es “todavía posible”
Los vértices del Concejo interreligioso del Silsilah exhortan a relanzar el compromiso por la paz y la unidad entre cristianos y musulmanes en el sur de Filipinas. Es necesario tener “humildad y sabiduría”, para favorecer la “colaboración recíproca” y superar las diferencias. El objetivo de una sociedad “pluralista” en la región.

Manila (AsiaNews/Cbcp)- Relanzar el compromiso para la paz y la unidad entre cristianos y musulmanes, a través de un trabajo de conocimiento y relaciones en grado de “superar el prejuicio” y restituir un “clima de reconciliación” en el sur de Filipinas, teatro de decenales guerras y violencias. Es el pedido lanzado en estos días en Zamboanga City por los líderes religiosos del Concejo interreligioso (Ifcl) que hace referencia al Silsilah, realidad desde hace más de 30 años en primera fila en el diálogo islámico-cristiano. Los dirigentes del movimiento invitan a todos los filipinos, cristianos y musulmanes, a mostrar “humildad y sabiduría” ya favorecer “la colaboración recíproca”, a despecho de las diferencias de naturaleza “cultural, religiosa e individual”.

“Es tiempo que los cristianos de Mindanao y en el resto de Filipinas- afirman los miembros del Concejo interreligioso- superen sus prejuicios en relación con los musulmanes, hoy más profundos que nunca. Y lo mismo deben hacer los musulmanes, en relación de cuántos no pertenecen a sus grupos”.

Los líderes cristianos y musulmanes de Mindanao, teatro también en las pasadas semanas de violencias y enfrentamientos, subrayan que el proceso de paz en la región está minado de “fuertes tensiones” y las partes en causa deben mostrar más aperturas al compromiso. “no se debe permanecer rígidos sobre las propias posiciones”, agregan.

Aunque, si por el momento no hay “una fórmula clara para la paz en Mindanao”, explican los jefes interreligiosos, ellos invitan a los vértices del Milf (Moro Islamic Liberation Font) a “aceptar” el ofrecimiento de las autoridades políticas y del gobierno de manila, que representa “un buen punto de partida”. Ellos exhortan además a las varias almas que componen la galaxia rebelde-islámica de Filipinas a encontrar un punto común y colaborar, hablando a una sola voz, para favorecer los coloquios de paz y construir una sociedad “pluralista” en Mindanao.

El mensaje de los líderes cristianos y musulmanes se concluye con la invitación y la sabiduría, para que no se vengan a crear conflictos internos sanguinarios, por el contrario, Filipinas debe ser un modelo de convivencia entre culturas y religiones porque la “paz es todavía posible”.

Fundado en el año 1984 por el misionero Pime, el p. Sebastiano d´Ambra, el movimiento para el diálogo “Sisilah”, histórica presencia de sensibilización cultural, formación y coparticipación, en mayo pasado, cumplió 30 años. Desde la sede en el “Pueblo de la Armonía” a la periferia de Zamboanga- sur de Filipinas, única nación asiática de mayoría católica- donde reside una consistente comunidad musulmana de 6 millones de personas, “Silsilah” intentó bajar las tensiones y aplacar los focos de violencia.

Una tarea que está radicada en el mismo nombre de movimiento, derivado de la mística islámica sufí, que significa “cadena” o “ligamen” y que une al hombre a Dios.