Estado islámico, respuesta violenta al vacío de los jóvenes musulmanes en Occidente
Los jihadistas promueven hace mucho tiempo una campaña de reclutamiento entre los jóvenes. En Siria en tres meses se han inscrito 400 niños. En Occidente los chicos, excluidos de la sociedad que los ha acogido, ven una oportunidad de venganza en la milicia. Islamólogo PIME: los jóvenes en la búsqueda de la identidad y referencias integrales. Erudito musulmán: una respuesta violenta al "vacío" del mundo occidental.

Milán (AsiaNews) - Desde hace algún tiempo las milicias del Estado Islámico promueven una campaña de reclutamiento de menores de edad, incluso niños de entre ocho y 11 años. Es en estos días la noticia de que, sólo en Siria, el Califato ha "reclutado" entre sus filas al menos a 400 niños, proporcionando así a los llamados "Cachorros del Califato" entrenamiento con un militar y adoctrinamiento político y religioso. Lo informa el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Londres, según la cual los miembros tienen menos de 18 años y son cooptados en las inmediaciones de mezquitas, escuelas y zonas comunes en las zonas donde existe el movimiento yihadista . Para los expertos estos se utilizan "ya que es más fácil hacerles un lavado de cerebro". Por otra parte, desde hace algún tiempo sería más complicado para los líderes del movimiento encontrar nuevos seguidores entre los adultos mayores. Desde principios de este año, de hecho, sólo 120 personas de más de 18 años se han unido a la "guerra santa", lanzada por el califato en Siria.

El Estado Islámico anima a los padres a enviar a sus hijos a los centros de adiestramiento; a veces los recoge incluso sin el consentimiento del padre y la madre, o les halaga ofreciéndoles dinero. Los menores de edad - incluso con discapacidades físicas o mentales - reciben capacitación y se utilizan en servicios militares, videos de propaganda (como el asesinato de dos "espías rusos" por un niño de 11 años) guardias o escudos humanos para defender objetivos sensibles. Otro canal de reclutamiento está dirigido a los jóvenes - a menudo la segunda y tercera generaciones - los musulmanes en Europa, que se sienten excluidos de la sociedad que los ha acogido u hospedado; que buscan en la milicia del Estado islámico una manera de satisfacer la necesidad de sexo, aventura, camaradería y la redención personal. Y las reivindicaciones de carácter político y social, enviadas por los yihadistas en el pliegue de la religión.

Para entender mejor un fenómeno - preocupante y en rápida expansión - AsiaNews habló con dos expertos (un cristiano y un musulmán) sobre el tema del Islam, la inmigración y el extremismo sectario: el p. Paul Nicelli, sacerdote del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), islámologo y doctor de la Biblioteca Ambrosiana; el prof. Wael Farouq, profesor egipcio de Ciencias del Lenguaje de la Universidad Católica de Milán y profesor en el Instituto de la lengua árabe en la Universidad Americana de El Cairo.

Para el p. Nicelli la atracción ejercida por el Estado islámico en los jóvenes musulmanes en Europa tiene un "elemento religioso y un elemento social". Sobre el primer aspecto, destaca el experto en el Islam, "se dice que implica el conocimiento exacto del Corán. La religiosidad está en el nivel de la mezquita y de pertenencia a la comunidad y que se haga de las prácticas, la adoración, el adoctrinamiento de los fieles del pensamiento político y jurídico actual". Y el libro sagrado "viene siendo utilizado dentro de esta enseñanza", eligiendo "pasajes que apoyen su tesis, las interpretaciones fanáticas" que luego son "transmitidas a estos jóvenes". La mayoría, advierte el misionero del PIME, "no conocen el Corán, sino una interpretación filtrada por los ideólogos y afiliados del Isis en el territorio".

Por otro lado hay un componente social, dando lugar a reclutadores para buscar muyahidines "en las bolsas de pobreza cultural y económica", que en la mayoría de los casos "no son controlados o controlables" por parte de instituciones, la sociedad, de las fuerzas policiales. "El caso de Francia es ejemplar - advierte el p. Nicelli - con sus suburbios llenos de jóvenes inadaptados, sin identidad, a la que los yihadistas les da un papel y una identidad bien definida. Baste decir que la mayoría de las conversiones en el ámbito radical se producen en las cárceles o en las zonas de segregación". En Occidente estos chicos "no se incluyen en el tejido social y cultural", porque la nuestra es una cultura "vaciado del elemento religioso", advierte el sacerdote. En esta realidad los niños musulmanes luchando por encontrar su identidad, sienten la falta de una "referencia integral". Esto requiere "una obra de carácter cultural, a largo plazo, lo que contrasta con las recetas del consenso político fácil e inmediata. Y las universidades son el lugar privilegiado para comenzar este trabajo".

Entre los que tienen programas e iniciativas iniciadas en la universidad está justamente Wael Farouq, quien promovió el estudio de la historia y la literatura árabe para permitir que los jóvenes musulmanes aprender su cultura, libre del fundamentalismo ideológico. "La principal razón para el atractivo del Estado islámico - el profesor explica a AsiaNews - es el vacío que estos jóvenes ven en el mundo occidental. Todos hablan de la libertad, pero su experiencia es limitada. El extremismo y la violencia no son nuevos elementos, no son emergentes coincidiendo con el surgimiento del Estado islámico".

Para el prof. Farouq hay un problema "general" con respecto a los "jóvenes, los italianos y los hijos de los inmigrantes, que están excluidos de la sociedad y la cultura". ¿Qué identidad tiene, se pregunta, "un joven de 18 años, que cultura tiene, en que modelo se puede inspirar?". "Estas son las preguntas reales – advierte el experto - y uno no puede hablar de accidente, pero hay que analizar las causas profundas, a partir del laicismo que lleva a considerar sagrada cualquier ideología, donde el poder mismo se convierte en una religión".

La respuesta a la barbarie y la violencia, subraya, "son personas que viven inmersos en una realidad, son las relaciones personales y los vínculos que se crean en los ambientes, como sucede aquí en universidades [Católica, en Milán]". "Mi trabajo - dijo el profesor musulmán - se basa en la amistad. Los chicos de la universidad promueven y viven una experiencia que pudo haber nacido en una universidad católica, ya que se caracteriza por una fuerte identidad y permitió que esta reunión. Estas no son palabras o conceptos abstractos, nacidos del diálogo interreligioso, sino experiencias concretas de la amistad y las relaciones con los demás".(DS)