La hipocresía de los radicales hindúes, que sólo en el extranjero “honran” a un dalit
de Lenin Raghuvanshi
El Premier podría presidir la inauguración de la casa inglesa de B.R. Ambdekar, autor de la Constitución democrática y laica de India, A AsiaNews, el activista pro-dalit Raghuvanshi revela la “táctica emotiva” del gobierno, que en el país destruye las estatuas de Ambedkar.

Mumbai (AsiaNews)- El Premier de India Narendra Modi “podría inaugurar” la histórica residencia londinense del Bhimrao Ramji “Babasahed” Ambdekar, uno de los “padres fundadores” de la India moderna. Lo anunció hoy Rajkumar badole, ministro para la Justicia social del Estado del Maharastrha, que junto a las autoridades se ocupó de la restauración de la habitación. Una “táctica emotiva”, según el activista pro-dalit, Lenin Raghuvanshi, porque la figura de Ambeckar está radicalmente lejos de los ideales perseguidos por los nacionalistas hindúes que ahora gobiernan el país. Primer ministro de Gracia y Justicia de India después de la independencia y considerado como el ideador de la Constitución, Babasahed nace en una familia dalit (los sin casta) hindú y por toda la vida combatirá para afirmar los derechos políticos y la libertad social de los “intocables”como él. A asianews, Raghuvanshi, explica por qué las ideas de Ambedkar no tiene nada que ver con las de los nacionalistas hindúes, que en cambio son cómplices del sistema de las castas que aún oprime a la sociedad hindú. (Traducción curada por AsiaNews).                                                       

La inminente inauguración de la histórica residencia londinense de B.R. Ambedkar es sólo una táctica emotiva del gobierno del Maharasthra. Si el primer ministro fuese serio respecto a la figura de Ambedkar, entonces se opondría a las ideas del Manusmriti [“Leyes de manu”, el más importante texto hindú, en el cual se habla del sistema de castas-ndr] y de sus seguidores, como la Rashtriya Swayamsevak Sangh (Rss, grupo para-militar radical hindú).

La India moderna se embarcó en un camino de libertad con una actitud resuelta, para llevar justicia social y dignidad a sus millones de habitantes esclavizados, oprimidos, pobres y dalit. En 67 años (desde la independencia del dominio británico, ndr) muy poco ha cambiado. Las atrocidades contra los sin clase han asumido formas más descaradas y extravagantes en algunas partes de mi país, que con su habilidad en definirse “civilizado” mueve la confianza en la humanidad. En el pasado nos decían que si alguno de una casta más baja rompía la ley no escrita de la jerarquía de las castas, la persona habría sido golpeada en público. Ahora a aquella persona se le disparará, su ladea será incendiada y las mujeres estupradas. Si un esposo se atreve a cabalgar durante su matrimonio, un campesino ambicioso de escavar un pozo en su terreno durante su matrimonio, un muchacho de enamorarse de una joven- si pertenecen a la casta de los dalit, serán asesinados. Y nosotros decimos ¡que en India existe el estado de derecho!

La lucha por los derechos de los dalit en India ha tenido una historia con luces y sombras. Ellos fueron traicionados constantemente y abandonados  a sus mismos líderes políticos. Sólo recientemente y con una cierta repugnancia la política mainstream reconoció un espacio para los dalit. Hasta ahora el máximo empuje de intervención política fue el conceder cuotas reservadas en posiciones gubernamentales, sin hacerlos independientes en modo adecuado para obtener un lugar seguro y digno en la sociedad.

Es irónico que Ambedkar fue el padre de la Cosntitución hindú y también un dalit, que combatió su batalla en una sociedad atormentada por las castas. Esto porque en todo el país las fuerzas fascistas hindú, perpetraron una conspiración de una cierta entidad en relación con las castas más bajas. La destrucciones de estatuas a él dedicadas, sucedidas en diversas zonas de India, son un ejemplo.

En uno de esos episodios, sucedido en el pueblo Piyari del Uttar Pradesh, la población de la casta más baja ha tratado de luchar contra aquellos venidos para destruir el monumento. Con su promesa han descubierto que entre estos había también oficiales de policía. Los dalit los han enfrentado con bastones y han tratado- en vano- detener la destrucción. El resultado fue que los agentes han registrado dos diversos casos: uno contra aquellos que han demolido la escultura, otro contra aquellos han intentado detenerlos. Obviamente, cuando la policía registró el primer caso, no han mencionado a los agentes presentes. El procedimiento terminó en un tribunal local. Sin embargo, con gran sorpresa de aquellos de casta superior, el juez pertenecía a una casta inferior- una rareza. Sin algún aviso, el caso fue transferido a otra corte.

La transferencia debe ser hecha con la sanción de un tribunal superior. Esto significa que, de algún modo, también esta corte unida a la casta más alta. No se puede esperar nada mejor de un lugar donde, hace poco, un juez de un distrito- antes de ocupar el lugar de su predecesor, perteneciente a una casta más baja- condujo algunos rituales religiosos para purificar el sillón, lavándola con agua del río Ganges, que se cree purifique todos los pecados.

Cuando una persona de casta alta comete un crimen, de cualquier tipo sea, después del proceso la persona culpable es castigada. Sin embargo, cuando se trata de un dalit es la entera comunidad es castigada. La pena no es (establecida) por un tribunal, sino por los miembros de la casta superior, también si el reato no es robo, ni homicidio. (La pena) podría ser cualquier cosa, como contaminar o secar un pozo del pueblo. El castigo es inmediato y a menudo grupitos de personas de la casta alta quemando las casas de los dalit, les pegan y los molestan o estupran en público a sus mujeres.

La sociedad hindú tiene todavía la modalidad semi-feudal y semi-capitalista de crear relaciones. El sistema de las castas sirve a esta finalidad en modo perfecto. La pirámide de la sociedad hindú queda en alto sobre las espaldas de estos millones de dalit, que renuncian a sus derechos humanos de modo que algunas personas puedan decir que India está brillando.

Sin embargo, hace 2.880 años  Buda aceptó el desafío de poner fin al sistema de las castas. En época moderna, el movimiento Bhati dio vida a personalidades como Kabir, Savitri Bai Phule y Bhimrao Ambedkar, que han tenido el coraje de sacudirlo.

( Colaboró Nirmala Carvalho).