El gobierno quiere deportar a 32.000 Rohingya a una isla: daño y malestar al turismo
El plan consiste en transferir a los refugiados a un área atractiva para el turismo, un sector en donde Dhaka quiere invertir. Primer Ministro: "Los migrantes son enfermos mentales, empañan la imagen del país". Líderes Rohingya: "Esto hace que la situación empeore".

Dacca (AsiaNews) - El gobierno de Bangladesh dijo ayer que desea transferir miles de Rohingya a la isla de Hatiya, situada en la Bahía de Bengala, a pocos kilómetros de la costa, tomándolos de los campos de refugiados que los albergan en el momento. El jefe de la Unidad de refugiados de Myanmar en Dhaka, dijo que la decisión es apoyada por el primer ministro Sheikh Hasina: "La transferencia de los Rohingya se hará sin duda. Por el momento, hemos hecho algunos pasos formales de conformidad con las directrices del primer ministro".

En el momento Bangladesh es el hogar de aproximadamente 32.000 Rohingya - una minoría musulmana perseguida en Myanmar - dividida en dos grandes campos de refugiados en el distrito de Bazar de Cox, en el sureste del país, en la frontera con la ex Birmania. Baul dice que una de las razones para la transferencia es la preocupación del gobierno de que las tiendas podrían obstaculizar el turismo en la zona - lleno de 125 km de playas para el baño - en la que los negocios de Dhaka han decidido invertir.

Entrevistado por la Agence France-Presse, Mohammad Islam, líder Rohingya, dijo que la transferencia hará sólo empeoran la ya precaria situación de los refugiados:  "Queremos que el gobierno [Bangladesh] y las organizaciones internacionales resuelvan nuestro problema desde donde estamos ahora".

Para Onchita Shadman - portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados, que opera en los campos Rohingya desde 1991 - "el éxito de este plan depende de lo que se ofrecerá a los refugiados en el nuevo centro, y si ellos van allí voluntariamente. Un traslado forzoso sería muy complejo y controvertido".

La revelación del plan de transferencia se produce pocos días antes de la declaración del Primer Ministro Hasina, que atacó a los trabajadores migrantes de Bangladesh - muchos de los cuales están aún  en mar abierto en condiciones desesperadas - que califica de "enfermos mentales" y acusándolos de arruinar la imagen del país en el mundo.