Beshara Rai va a Damasco para la Asamblea de los patriarcas
de Fady Noun
Este año el encuentro de los patriarcas se realiza en Siria (y no en Líbano) para asegurar a todas las Iglesias en Siria, Irak, Palestina, Yemen…”Nosotros los patriarcas estamos con vosotros”. No pierdan la esperanza, recen y trabajen para el retorno de los 12 millones de evacuados de la guerra siria. Posible visita a Maaloula.

 

Damasco (AsiaNews)- Los maronitas de Damasco han recibido ayer al patriarca Beshara Rai con una gran emoción. No obstante algunas objeciones, rai llegó a la ciudad por pedido del patriarca griego-ortodoxo Juan X Yazigi, para participar hoy en la asamblea anual de los patriarcas orientales. La reunión se hace contando con la presencia de todos los patriarcas que se guían por Antioquía, o sea: el patriarca griego-ortodoxo, Juan X Yazigi; el griego-católico Gregorio III, el siríaco-ortodoxo Ignace Ephfren II Karim; el siríaco-católico Ignace Joseph III Yonan y el maronita Beshara Rai.

El encuentro anual se realiza normalmente en el Líbano. Pero para acompañar a los crsitianos de todas las Iglesias y de común acuerdo, los jefes religiosos han elegido realizarlo este año en Damasco. “Todos los días, con la oración, estoy en Damasco. Yo llevo su causa adonde vaya y con todos los que encuentro”, confió el patriarca maronita a todos aquellos-gente común y dignatarios religiosos-que se le acercaron.

La urgencia es evidente. Siria de bate con las espaldas en la pared. El estado islámico, el Frente al-Nusra y otros grupos armados la están despellejando viva. Se piensa en unos 12 millones de sirios evacuados.

El card. Rai fue al hospital francés de Damasco, luego se dirigió a la catedral de S. Antonio de los maronitas en Bab Touma, donde los esperaban el patriarca Juan X e Ignace Epfrem II, el nuncio apostólico en Siria, mons. Mario Zenari y una multitud numerosa de fieles (v. foto)

En su homilía, el patriarca maronita explicó el carácter pastoral de su visita: “Queremos reflexionar juntos, unir nuestros pensamientos, palabras y acciones para llevar juntos erl apoyo de nuestro pueblo en Siria y en Irak, como en todos los países de Medio oriente, donde éste sufre, en la esperanza que a la pasión del Viernes Santo, siga el tercer día de la Resurrección”.

Resistir en la paciencia

“Muchos-continuó-han derramado su sangre; muchos murieron como mártires, pero su sangre no fue derramada en vano. Muchos fueron obligados al éxodo. Se habla de 12 millones de sirios evacuados. Tampoco para ellos los sufrimientos son vanos. Dios es el verdadero Señor de la historia y no los tronos de este mundo. Nosotros estamos unidos en oriente frente a las absurdas estrategias de la guerra, destrucción, de muerte y erradicación de todo tipo de esperanza del corazón de las personas. Pero tengamos paciencia y no perdamos la esperanza”.

“Uno mi voz a la del Papa Francisco, que no deja pasar semana sin rezar por la paz en Siria-retomó el patriarca Rai- porque en el mundo lleno de maldad se necesita de la redención. El precio del rescate ya ha sido pagado por los inocentes… He aquí en parte, de lo que hablaremos mañana (hoy para el lector-ndr) en la sede del obispado ortodoxo. Nosotros, los patriarcas estamos con vosotros, al lado vuestro, delante de vosotros, con vosotros en la oración: llevamos la causa de todos los cristianos, de los pueblos de Siria, de Irak, de Palestina y del Yemen y de todo país que sufre. Estamos aquí, como en el Líbano, como en Roma. Nosotros los 5 patriarcas orientales estamos aquí para rezar por la paz. Rezamos por la paz en Siria y en la región, rezamos por la conciencia de muerte en el mundo. Rezamos por un reglamento pacífico de la crisis siria y para que los sirios, cristianos y musulmanes, queden aferrados a sus tierras, para el retorno a sus casas, en la dignidad de aquellos que la guerra erradicó. ¡No pierdan jamás vuestra esperanza!

Antes de volver al Líbano, Beshara Rai podría visitar el pueblo de Maaloula, donde se habla aún la lengua aramea que se usaba en tiempos de Jesús. El año pasado, este histórico lugar fue conquistado por los jihadistas y luego retomado por el ejército sirio. Sus iglesias y sus casas fueron dañadas por la guerra, ahora las están reconstruyendo.