Bahrain, cuatro años de cárcel para el líder de la oposición
Sheik Ali Salman, guía del movimiento al-Wefaq, fue condenado por “incitación a la revuelta”. En sus intervenciones en la plaza había pedido reformas políticas. Activistas y movimientos pro-derechos humanos lo definen como “prisionero de conciencia” y hablan de proceso ilegítimo. La oposición anuncia nuevas y pacíficas protestas.

Manama /AsiaNewsAgencias)- Un tribunal de Bahrain condenó a Sheik Ali Salman, líder del principal partido de la oposición en el país árabe a 4 años de cárcel por “incitación a la revuelta”, en el contexto de una creciente represión del gobierno hacia el disenso y las críticas. La sentencia llegó ayer y podría desencadenar una nueva ola de protestas en el reino, gobernado por una monarquía sunnita frente a una población de mayoría chií. El líder fue arrestado en diciembre pasado, al finalizar una serie de intervenciones en la plaza en las cual pedía reformas políticas.

Salman, de 49 años, jefe del movimiento al-Wefaq es quizás la personalidad más importante del Bahrain que termina arrestado desde el inicio de las protestas anti-gobierno del 2011, en concomitancia con la revueltas ligadas a la primavera árabe en todo el Medio oriente y el Norte de África.

En el comunicado en el cual fue anunciada la condena ni siquiera es mencionado el nombre del líder político, incriminado por “instigación al odio público, un gesto que ha disturbado la paz y el orden”, además de haber “fomentado a la revuelta, ignorado la ley y ultrajado las instituciones públicas”.

En respuesta al veredicto, los dirigentes de al-Wefaq han subrayado que ahora hay “ulteriores legitimaciones” para movilizarse y protestar. “El pueblo no tiene otra elección-continúa el movimiento de la oposición-que la de continuar en su actividad pacífica y popular” de protesta.

Durante el debate en aula Salman- liberado de las más grave acusaciones, entre las cuales el tentativo de cambiar el orden constituido-rechazó con fuerza toda acusación y calificó el proceso como un tentativo de amordazar al disenso.

En los días pasados activistas y movimientos pro-derechos humanos han pedido a gran voz la liberación del líder de la oposición, definido varias veces como “prisionero de conciencia” y al proceso como privo de legitimidad. El gobierno rechaza las críticas y habla veredicto ligado al derecho, no a cuestiones políticas o a luchas de poder internas del país.

Bahrain, aliado de Washington y apoyado por Riad está agitado por continuas protestas desde inicios del 2011, cuando los primeros tumultos de la Primaveras árabes han iniciado a atravesar varios países nord -africanos y medio orientales. Motor del disenso es la mayoría chií, que pide a la elite gubernamental (de orientación sunnita) mayores libertades y reconocimientos.

Sin embargo, las autoridades-con la ayuda militar de Riad- han reprimido en la sangre la protesta y también los sucesivos tentativos de “diálogo nacional” se concluyeron en un nada de hecho.