Japón, la población disminuye a sus mínimos históricos: un cuarto está sobre los 65 años
Los datos del último censo nacional confirman: por el sexto año consecutivo bajan los nacimientos frente a los decesos. Los japoneses son 126,16 millones, con una baja de 271.058 unidades respecto al año precedente. Los ancianos de más de 65 son el 25,90%: es la primera vez desde 1968 que superan el cuarto de la población.

Tokio (AsiaNews/Agencias)- La población japonesa disminuyó en el año 2014, por el sexto año consecutivo y tocó sus mínimos históricos desde cuando se realiza el cemnso nacional. Según los datos oficiales, los japoneses son hoy 126,16 millones: en el año 2014 se perdieron 271.058 unidades y este dato representa el peor desde cuando se registra. Empeora también la situación del envejecimiento nacional: los de más de 65 años (y con derecho a jubilación) son el 25,90% de la población. Los funcionarios de gobierno subrayan que es la primera vez desde 1968 que superan el cuarto del total.

El censo se basa en las registraciones oficiales de los residentes. En el año 2014 nacieron 1,003 millones de personas (el número más bajo desde 1979) y murieron 1,27 millones (el número más alto del mismo año). De las 47 Prefectura nacionales, solamente 6 han registrado un aumento: entre éstas Tokio, Saitama y Kanagawa. El censo muestra como la población disminuyó en un 77% en las ciudades y en un 88% en las zonas rurales y en por pequeños aglomerados urbanos.

El envejecimiento de la población es por el momento más urgente para el país, que arriesga un colapso del sistema jubilatorio y del welfare. Este drama, escribe el obispo de Niigata, mons. Kikuchi en un comentario publicado por AsiaNews, lleva consigo también otro aspecto negativo: “Una sociedad que envejece y la drástica disminución de la población joven, que se desplaza hacia las grandes ciudades como Tokio, significa la desaparición de las comunidades locales”.

La iglesia japonesa trata de hace tiempo de sensibilizar más a los habitantes japoneses sobre el tema. La Conferencia episcopal declaró al año 2010, como el “Año de la vida” y lanzó una serie de iniciativas médicas y sociales en favor de los embarazos. Los resultados pero aún no son satisfactorios: muchísimas parejas prefieren esperar más del tiempo máximo para tener un hijo, privilegiando la carrera. Además, una altísima tasa de suicidios entre los menores de edad y una política aún demasiado consumista no dejan esperar mucho para el futuro.