Traficaban maderas nobles: tribunal birmano condena a prisión perpetua a 153 chinos
El grupo fue arrestado en enero pasado en el Estado de Kachin, cerca de la frontera con China. Secuestrados más de 400 vehículos y 1.600 troncos de árbol. Dura protesta del gobierno de Beijing. En Myanmar la cadena perpetua dura 20 años.

Yangon (Asianews/Agencias)- Un tribunal de Myanmar condeno a prisión perpetua a 153 ciudadanos chinos, por deforestación y tráfico ilegal de madreas. El grupo fue arrestado en enero pasado en el Estado septentrional de Kachin, cerca de la frontera con China, durante una operación del ejército realizada para desbaratar el comercio clandestino de madres nobles.

Entre los arrestados se agregan a dos menores de 17 años, a los cuales el juez de la Corte de Mytkyina, capital del Estado de Kachin, los condenó a 10 años de cárcel. Una mujer, perteneciente al grupo, recibió una pena más de 15 años por posesión de droga.

Según cuánto refieren los medios oficiales, en el contexto de las operaciones militares han secuestrado más de 400 vehículos y 1.600 trocos de árboles. Los condenados podrán recurrir en apelación contra la sentencia y Beijing ya aseguró su apoyo legal en aula.

Inmediata la respuesta del gobierno de Beijing, que expresó gran preocupación por la severidad de las sentencias de la condena. Lu Kang, vocero del ministerio chino de Exteriores, afirma que China “varias veces elevó el problema” con Myanmar desde el momento del arresto del grupo que, según Beijing, cayó en una trampa y no estaba intencionado en cometer ningún crimen.

En Myanmar la pena a cadena perpetua dura 20 años. En el pasado, bajo la junta militar, el tráfico de madres nobles- a menudo usando elefantes como medio de transporte- era una práctica difundida. Que provocó la deforestación de enteras áreas de bosques.

El gobierno semi-civil subido al poder en el año 2011, en parte, trató de resolver el ´problema. Sin embargo, según los críticos, los traficantes ilegales a menudo estaban en grado de llegar a hacer acuerdos con las autoridades y con los señores de la guerra que dominaban las zonas más remotas del país, a menudo a los largo de la frontera.