Cardenal de Yangon: Comida y ayudas inmediatas para las víctimas de los aluviones en Myanmar
de Francis Khoo Thwe
Hasta ahora de registraron 69 muertos y 260 mil evacuados, pero el balance está destinado a aumentar. Situación crítica en el Estado de Rahkine, ya marcado por las violencias confesionales. El card. Bo, hace un pedido para ayudas inmediatas. Las dimensiones de la devastación, escribe son “enormes”. La Iglesia primera con ayudas y con voluntarios.

Yangon (AsiaNews)-  “Dirigimos un llamado a todas las personas de buena voluntad, para que apoyen a nuestros hermanos y hermanas con comida, artículos de primera necesidad, asistencia médica, equipos de higiene, sábanas, frazadas y ropa”. Es cuánto afirma en una nota oficial, llegada a AsiaNews, del card. Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon primer purpurado en la historia de Myanmar, sobre los devastadores aluviones  que han azotado en estos días amplias zonas del país. Titulado: “Una región herida, martirizada por la furia de la naturaleza, espera un respuesta de compasión”, el pedido lanzado por el cardenal “en nombre del pueblo que sufre” se dirige a “los amigos y benefactores, para que sean buenos samaritanos” en estas horas difíciles que están viviendo gran parte de la población.

Mientras tanto los dirigentes del país- religiosos, gobierno e instituciones- se dirigen a la comunidad internacional pidiendo una ayuda inmediata para las más de 260 mil personas que sufren en un modo u otro las consecuencias de los aluviones que han azotado a Myanmar en los últimos días.

Hay por lo menos 69 víctimas oficiales hasta ahora registradas (41 en el Estado occidental de Rahkine, el más golpeado), pero el número está destinado a aumentar en los próximos días; unas 1.400 escuelas destruidas por el agua o cerradas porque por el momento son inutilizables.

El pedido de ayuda lanzado por el gobierno birmano está en neto contraste con la posición asumida en el año 2008 por la dictadura militar, que rechazó las ayudas y la cooperación internacional, después del devastador ciclón Nargis, que causó al menos 130 mil muertos. Hoy el ejecutivo está comprometido en coordinar el trabajo de los socorredores, mientras que los soldados están trabajando en las pequeñas ciudades más afectadas.

Crítica la situación en el Estado de Rahkine, en particular en la capital Sittwe y entre las ciudades del nordeste como Mrauk U y Minby. En la región hay más de 140 mil evacuados a causa de las violencias confesionales entre budistas y musulmanes, la mayor parte de los cuales son musulmanes Rohingya, obligados a vivir en mpiseros campos de refugiados esparcidos por todo el Estado. En todo el país centenares de miles de hectáreas de tierra cultivada se inundaron por los aluviones; según los expertos de las Naciones Unidas se arriesga la cosecha anual y las reservas alimenticias para un largo período.

En esta situación de emergencia y momento crítico, el card. Bo se dirige a la comunidad internacional y a los católicos de todo el mundo para que den una ayuda concreta. El ciclón y las lluvias que se abatieron en los Estados de Rahkine, Chin y Sagaing, escribe el purpurado: “han dejado muchos muertos, miles de personas sin casa y necesitadas de ayuda urgente”. Son regiones “entre las más pobres” del país (tasa de pobreza casi del 70%) y además teatro de conflictos confesionales. “Ahora, su agonía- agrega- se agrava por la furia de la naturaleza”.

El balance de las víctimas, cuenta el arzobispo de Yangon, acrecentó el número de los sin techo, de personas sin comida ni artículos de primera necesidad, se teme también por la difusión de enfermedades e infecciones. “La Iglesia católica- prosigue- inmediatamente fue a dar ayuda a los necesitados. Pero las dimensiones de las devastaciones son enormes”. Por esto “lanzamos un pedido a todas las personas de buena voluntad, para que ayuden a nuestros hermanos y hermanas en esta emergencia”. La Iglesia con su red de 16 centros Caritas y su Unidad de emergencia, concluye el purpurado, “rápidamente se preocupó de llegar a las zonas más afectadas. Tres diócesis están involucradas en primera persona en el apoyo a las víctimas. Ahora estamos preparando un equipo para responder cuánto antes a las necesidades más urgentes.