Kamikaze del Estado Islámico contra la mezquita saudí de Abha: 15 muertos
El ataque fue reivindicado por el grupo “Provincia de al-Hijaz”, vinculado al Estado Islámico. El terrorista se había infiltrado en las fuerzas de seguridad. Este año ya hubo otros dos atentados contra mezquitas árabes reivindicados por el Estado Islámico. Las contradicciones del reino, entre los problemas internos y regionales.

Riyadh (AsiaNews/Agencias) - Doce soldados de las fuerzas de seguridad especiales y tres trabajadores de emergencias de la provincia de Asir fueron asesinados  mientras otros siete fueron heridos en un ataque suicida contra una mezquita ocurrido ayer durante la oración del mediodía. Uno de los heridos se encuentra en estado crítico.

El ataque sucedió en la localidad de Abha (provincia de Asir, al sur del país), cerca de la frontera con Yemen. Un grupo que se hace llamar “Provincia de al-Hijaz”, vinculado al Estado Islámico, reivindicó el mismo, identificando al kamikaze con el nombre de Abu Sinan al-Najdi, quien se infiltró en las fuerzas de seguridad y se inmoló con un chaleco explosivo.

El grupo amenazó con lanzar nuevos ataque contra “los tiranos de la Península arábiga… en los próximos días”.

El Gran Muftí de Arabia, Abdul Aziz Al-Asheikh, condenó fuertemente el atentado como  “un horribile acto criminal”, y dijo que dicha violencia sólo llevará a fortalecer la unidad nacional contra el terrorismo.

El ataque a la mezquita de Asir es el tercero del año realizado contra mezquitas en Arabia Saudita. El pasado 22 de mayo,  un joven veinteañero se inmoló en la mezquita del Imam Ali bin Abi Talib en Al-Qadeeh (Qatif) durante la oración del viernes,  asesinando a 21 personas e hiriendo a un centenar más.

Una semana después,  el 29 de mayo,  un terrorista en hábito femenino se inmoló con un cinturón explosivo a la entrada de la mezquita de Al-Anoud en el momento en que estaba siendo detenido por los guardias de seguridad. La explosión asesinó a cuatro personas.

Ambos atentados fueron reivindicados por el Estado Islámico.

Arabia Saudita se encuentra en una situación difícil y contradictoria. Existen sobre todo problemas internos, debido a la presencia de una consistente comunidad shiíta, que es marginada por el poder y del bienestar económico. Luego están sus alianzas regionales. Desde el inicio de la Primavera Árabe el país sostiene  grupos fundamentalistas islámicos; combate a Bashar Assad apoyando a los rebeldes (entre ellos están al-Nusra y por un cierto período el mismo Estado Islámico); y se encuentra ahora a la cabeza de una colaición para combatir a los rebeldes shiítas Houthi en Yemen, ayudando a la expansión de las milicias del Estado Islámico en el país vecino, enemigo acérrimo de los shiítas.

Los grupos radicales islámicos ven a los gobernantes saudíes como traidores al Islam y colaboradores de los “paganos” (los Estados Unidos).