Papa: Las Células parroquiales, instrumentos de misión y de anuncio
El Papa encuentra a los grupos, difundidos en varias partes del mundo y los alienta: “La Evangelización siente fuertemente la exigencia de la acogida, porque es uno de los primeros signos de la comunión que estamos llamados a testimoniar por haber encontrado a Cristo en nuestra vida”. La Eucaristía “corazón de esta misión”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Las Células parroquiales de evangelización “son como una semilla mediante la cual la comunidad parroquial se interroga sobre su ser misionera y por esto siente irresistiblemente dentro de vosotros la llamada a encontrar a todos para anunciar la belleza del Evangelio”. La Iglesia “acoge a buenos y malos, hay lugar para todos”. Lo dijo hoy el Papa Francisco encontrando el grupo, nacido en Italia pero se difundió en diversas partes del mundo.

Este deseo misionero, subraya Francisco, “exige ante todo escuchar la voz del Espíritu Santo, que continúa hablando a su Iglesia y la alienta a recorrer senderos a veces poco conocidos, pero decisivos para el camino de la Evangelización. Permanecer siempre abiertos a esta escucha y tener cuidado de que no se agote jamás por el cansancio o las dificultades del momento, es condición para ser fieles a la Palabra del Señor y al mismo tiempo es un impulso para superar los obstáculos que se encuentran en el camino de la evangelización”.

He aquí que: “con vuestro compromiso cotidiano y en comunión con las otras realidades eclesiales, vosotros ayudáis a la comunidad parroquial a convertirse en una familia en la cual se encuentra la rica y multiforme realidad de la Iglesia. Encontrarse en las casas para compartir las alegrías y expectativas que están presentes en el corazón de cada persona, es una experiencia genuina de evangelización que se asemeja mucho a cuanto sucedía en los primeros tiempos de la Iglesia”.

Las Células, agrega Francisco, “desean hacer propio este estilo de vida comunitaria, capaz de acoger a todos sin juzgar a ninguno (Cfr. “Evangelium gaudium”, 165), para ofrecer la experiencia de la presencia de Dios y del amor de los hermanos. La evangelización siente fuertemente la exigencia de la acogida, porque es uno de los primeros signos de la comunión que estamos llamados a testimoniar por haber encontrado a Cristo en nuestras vidas”.

El Papa luego alentó a los presentes a hacer de la Eucaristía “el corazón de vuestra misión de evangelización, de modo que cada Célula sea una comunidad eucarística donde partir el pan equivale a reconocer la real presencia de Jesucristo en medio de nosotros. Aquí encontrarán siempre la fuerza para proponer la belleza de la fe. En la Eucaristía hagamos experiencia del amor que no conoce límites y demos el signo concreto de que la Iglesia es “la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida llena de fatigas” (“Evangelium gaudium”, 47)”.

Según Radio Vaticana, hablando libremente al final el Papa agregó: “Este testimonio: la Iglesia es la casa paterna. Hay lugar para todos, para todos. Y Jesús dice también en el Evangelio. “Llamen a buenos y a malos: a todos. No hay diferencia”.