Peregrinación a la Meca, nuevo estrago: al menos 20 muertos y más de 500 heridos
Durante una aglomeración, cuyas causas no se conocen, centenares de peregrinos mueren en Mina. Aquí se arman las tiendas durante las grandes peregrinaciones del mundo islámico. Mientras tanto, el padre de un joven condenado a muerte pide la gracia al rey saudita.

Riad (AsiaNews)- Al menos 220 víctimas y más de 500 heridos graves. Es el balance, aún provisorio y lamentablemente destinado a aumentar, de un accidente sucedido en cercanías de la Meca en el primer día del Haij, la tradicional peregrinación del mundo musulmán. Hoy se celebra el Eid al-Adha, la "fiesta del sacrificio", primer evento de la recurrencia que atrae a millones de peregrinos de todo el mundo a los lugares santos del Islam.

Según las autoridades sauditas, aún deben esclarecerse: en todo caso, una fuga precipitada sucedida en Mina- en las tiendas a menos de cinco km de la Meca- causó la mayor parte de las víctimas y de los heridos. Las operaciones de socorro están en curso, explican los funcionarios, pero la enorme cantidad de personas involucradas hará que todo sea más complicado. El 12 de septiembre pasado, una grúa se desplomó sobre la Gran Mezquita de la Meca, matando al menos a 110 personas. El artefacto había sido armado para algunos trabajos de restauración necesarios antes del inicio de la fiesta del sacrificio.

La pequeña ciudad de Mina se encuentra a lo largo de la ruta que va al centro de la Meca, en la zona llana de Arafat, donde todavía surge una pequeña colina de granito conocida como el “Monte de la Misericordia”. Aquí, según los textos sagrados musulmanes, Adán y Eva se reencontraron después de ser echados del Paraíso terrenal. En esta misma zona, se encuentra el “Puente de Jamarat” desde el cual, en la última noche de la peregrinación, los fieles cumplen el rito de la “lapidación del demonio”.

El desastre sucedido en el primer día de la gran fiesta islámica no parece haber detenido al verdugo saudita. El padre de Ali al-Nimr (condenado a muerte por haber participado, cuando tenía 17 años, en las protestas de la Primavera árabe) apeló directamente al rey Salman para obtener la gracia para su hijo.

Según diversos activistas a favor de los derechos humanos, la condena a muerte del joven- que prevé la decapitación y después la crucifixión- se basa en las confesiones obtenidas a través de la tortura. Según el padre de Mohammed, si la ejecución tuviera lugar, la minoría chiíta podría reaccionar mal: “Es una cosa que nosotros no queremos, de ningún modo. Ni una gota de sangre debe ser derramada”. En los primeros meses de este año, el reino ha concretado 133 condenas a muerte, en un neto aumento respecto a las 87 del año 2014.