Beijing (AsiaNews)- Las Madres de Tienanmen, el grupo que de hace 26 años pide al gobierno chino “justicia y verdad” en lo que se refiere a la masacre del 4 de junio de 1989, conmemoran la muerte del fundador Jiang Peikun y piden “quietud y respeto” por la viuda Ding Zilin. Jiang, ex profesor de letras en la Renmin University de Beijing, falleció a los 82 años el pasado 27 de septiembre por un ataque al corazón. Su enfermedad, dicen sus compañeros de lucha, “nace de la continua persecución de ls autoridades”.
Las Madres de Tienanmen son un grupo formado por 125 familiares de las víctimas del estrago del 4 de junio de 1989, cuando las tropas del ejército nacional, apoyados por tanques, masacraron a los manifestantes inermes que de hacía más de un mes pedían democracia y el fin de la corrupción para la sociedad china en las calles de la capital china. El balance de aquella masacre jamás fue publicado por el gobierno, pero organizaciones internacionales independientes dicen que alrededor de la plaza, en las calles laterales y en los días siguientes al 4 de junio fueron asesinadas algunos miles de personas.
El grupo es desde hace tiempo guiado por Ding Zilin, que se hizo cargo después del empeoramiento de la salud del marido. La mujer, según fuentes de Radio Free Asia, ahora “no quiere ser molestada”. La vocera de las Madres, You Weijie, dice: “Descolgó el teléfono y no quiere recibir comunicaciones de los medios. No creo que podría soportarlas por el momento. Todo sucedió rápidamente y es muy doloroso para ella”.
Zhang Xianling, que perdió al hijo durante la masacre, agrega: “También su salud no es buena y esto ha sido un gran shock. Espero no sea molestada mucho, porque esto agregaría sólo otro peso a lo que ya tiene que llevar consigo”.
De hace 26 años las Madres de Tiananmen piden al gobierno central una revisión del juicio sobre la protesta de obreros y estudiantes, oficialmente definida como “contra-revolucionaria” y una indemnización a las familias de las víctimas. Pero antes de todo piden, cada año en ocasión del aniversario, que Beijing abra los archivos oficiales y muestre las responsabilidades históricas de lo que sucedió en el corazón de la capital en la noche entre el 3 y el 4 de junio de 1989.