La planificación familiar es “una cosa buena, pero sin abortos y sin el uso de anticonceptivos”
de Mathias Hariyadi
Miembros de la Iglesia católica indonesia se expresan a favor del programa de control de la natalidad (KB) propuesto por Yakarta. “Es positivo como promoción de una paternidad responsable”. Iniciado por Suharto en los años 70, el KB cayó en desuso a partir del año 1998. Ahora el gobierno quiere disminuir el crecimiento demográfico, juzgado como un obstáculo para la economía.

Yakarta (AsiaNews)- El proyecto de planificación familiar (KB) y de control de los nacimientos deseado por el gobierno “es una cosa buena, pero la Iglesia está en contra del uso de anticonceptivos y de la esterilización, propuesto por las autoridades”. Con estas palabras, el p. Aloysius Purwa hadiwardaya Msf, ex decano de la Universidad Católica de Semarang y profesor de Moral en Java Central, comenta los recientes intentos de Yakarta para reducir la tasa de crecimiento nacional destinados a favorecer la economía.

La planificación familiar fue uno de los caballitos de batalla del ex presidente Suharto,  que en sus 32 años de gobierno autoritario (1967-1988) promovió una política de reconocimiento de la ciudadanía sólo para los primeros dos hijos de las parejas. Un eventual tercer hijo no sería registrado en el registro civil. En los años 70 los indonesios descubrieron,  así,  la utilización de anticonceptivos (preservativos, espirales uterinos, píldoras). Suharto logró evitar la sobrepoblación del país, relanzó la economía y disminuyó la malnutrición de la población. Por esta última meta,  fue premiado por la FAO en Roma en el año 1985.

En 1998 una terrible crisis económica obligó a Suharto a abandonar el poder. Desde ese momento,  el programa de planificación familiar cayó en desuso hasta el mes pasado, cuando Surya Chandra Surapaty, jefe del Consejo nacional para la población y la familia (BKKBN), juzgó “alarmante”  la tasa de crecimiento actual, que registra a 4,5 millones de individuos más por año (+1,49%). A causa de la crisis económica  y de la devaluación de la moneda nacional, Yakarta considera que el porcentaje de crecimiento demográfico mejor para el desarrollo del país debe ser de 1,15.

El programa KB, explica Surapaty, está indicado fundamentalmente para las zonas menos desarrolladas del país, habitadas,  sobre todo,  por pescadores desposeídos. Según el político: “la gente debe volver a concebir a los anticonceptivos como algo conveniente,  y no como una constricción”. El presidente de la industria farmacéutica Bayer en Indonesia declaró que quiere colaborar con el BKKBN en la provisión de “píldoras específicas que producíamos en los años 60”.

La Conferencia Episcopal Indonesia (KWI) recibió al KB como un proyecto positivo para las familias, como instrumento para vivir la paternidad responsablemente, pero siempre se alineó en contra de las medidas abortivas y del uso de anticonceptivos, recordando la naturaleza del acto sexual, caracterizado por ser una “apertura a la vida”. El Padre Matheus Mali, profesor universitario de Moral, afirma que “la Iglesia puede aceptar el control de la natalidad sólo si se da a través de una abstención natural de la procreación,  pero no si se da a través del uso de anticonceptivos”.