​Mar Chino meridional: Beijing pide "paz y estabilidad" al ASEAN, pero la tensión va en aumento
En Beijing se está desarrollando una cumbre (a puertas cerradas) entre los ministros de Defensa de China y los de los países del sudeste asiático. El ministro chino solicita “reforzar la cooperación militar”. Y acusa a “fuerzas externas” a la región de estar fomentando divisiones. Para Hanoi la política de Beijing es cada vez más “agresiva y brutal” y denuncia el hundimiento de un barco pesquero.

Beijing (AsiaNews/Agencias) - Mantener la paz y la estabilidad en los mares de la región Asia-Pacífico, rechazando las crecientes amenazas a la seguridad, comprendidas las “fuerzas externas a la región”,  que usan Internet y los medios de comunicación social para alimentar la violencia y las tensiones. Es cuanto fue solicitado por el Ministro de Defensa chino, Chang Wanquan, al inaugurar el encuentro con sus pares de ASEAN (la asociación que reúne a 10 países del Sudeste asiático) en el marco de una cumbre desarrollada en estos días en Beijing. Mientras tanto,  cada vez se vuelve más concreta la posibilidad de que Estados Unidos intervenga en modo directo en la controversia,  para desafiar las reivindicaciones de China en los mares.

Inaugurando el trabajo de la cumbre,  el ministro Chang exhortó a todos los participantes a actuar en la dirección de un “correcto” desarrollo de las relaciones recíprocas ; el reto más grande,  agregó,  está representado por la necesidad común de mantener la estabilidad,  y por esto Beijing y los países de ASEAN deben “reforzar la cooperación militar”.

Es más,  para el ministro, están operando “fuerzas extrenas a la región” que utilizan “internet, los medios de comunicación social y otras vías para fomentar ataques a las naciones de la región,  amenazando la estabilidad social”. No quiso profundizar el sentido de la afirmación,  y no hizo referencia -al menos,  no frente a los periodistas, en el breve encuentro público a raíz de la apertura del trabajo de la cumbre- a las controversias en el Mar Chino meridional,  que ven enfrentadas a China con Filipinas y Vietnam. 

El resto del encuentro prosiguió a puertas cerradas, y los cronistas no han podido conocer los demás puntos de la orden del día. Entre los puntos irresueltos están la construcción de pistas de aterrizaje y de atolones artificiales en las áreas disputadas por parte de China ; una política “imperialista” que ha registrado una creciente aceleración en los últimos dos años. Para los Estados Unidos y Filipinas, estas nuevas islas representan una amenaza en la región; y no está excluido que Washington autorice a su propia flota para que sus embarcaciones naveguen dentro de la zona reivindicada por China como de uso propio y exclusivo, volviendo aún más ríspidas las fuertes tensiones ya existentes en el área. 

Analistas y expertos en política internacional subrayan la voluntad de Beijing de hacer uso y abuso de los encuenros internacionales a fin de reforzar su política teritorial expansionista. Li Mingjiang, de la Nanyang Technological University en Singapore, subraya que “China quiere usar este tipo de fórums para promover sus ideas, explicar las políticas y mejorar su imagen en términos de seguridad”. 

Hanoi,  en la vigilia de la cumbre, no ha ahorrado críticas al gobierno chino, denunciando su que su política es cada vez más “agresiva y brutal” en los mares, y que se destaca por ataques a pescadores vietnamitas y por el hundimientos de las embarcaciones. Ayer, el gobierno vietnamita acusó a Beijing de haber hundido, el 29 de septiembre pasado, uno de sus pesqueros en la cercanías de las islas en disputa, siendo éste el último de una serie de incidentes que corren el riesgo de agudizar las tensiones entre los dos (ex) aliados comunistas.   

Ya hace tiempo que Hanoi y Manila - que desde un inicio promovieron una disputa internacional en la corte de la ONU,  iniciada a principios de julio y carece de valor vinculante - manifiestan su creciente preocupación por "el imperialismo" de Beijing en los mares meridional y oriental. El gobierno chino reivindica una porción consistente de océano, que comprende a las islas Spratly y  Paracel, disputadas por Vietnam, Taiwan, Filipinas, Brunei y Malasia (casi el 85% de los territorios). Apoyando a los países del sudeste asiático están los Estados Unidos, que han juzgado como "ilegal" e "irracional" la llamada "lengua de buey" usada por Beijing para la demarcación del territorio, llegando a comprender prácticamente en 80% de los 3,5 millones de km2 .

La hegemonía reviste un carácter estratégico debido a la explotación del petróleo y el gas natural del lecho marino, en un área de la región Asia-Pacífico que tiene un elevado interés económico, geopolítico y comercial, con un valor global de por lo menos 5 billones de dólares.