Beijing (AsiaNews)- La lucha contra los militantes islámicos de la provincia septentrional de Xinjiang “debería convertirse en una parte importante del compromiso mundial contra el terrorismo”. Lo pidió el ministro chino de Relaciones Exteriores al margen del encuentro del G20 en Turquía. Wang Yi recordó que “los fundamentalistas de la provincia son guiados por al Movimiento islámico de Turkestán oriental (ETIM, ndr), organización ligada a Al-Qaeda, Verios uighures fueron a Siria e Irak para combatir junto al Estado islámico”.
La etnia uighura, de fe musulmana y de lengua turcófona es amplia mayoría en Xianjing. Desde hace decenios abandonó la idea independentista, pero pide a Beijing una mayor autonomía cultural y religiosa. En los últimos años, aumentaron, de hecho, los ataques violentos contra la etnia Han, mayoritaria en el país, pero según los analistas internacionales, se trata de “perros sueltos que no están ligados a movimientos extremistas activos en Medio Oriente”.
Beijing respondió a este pico de violencia con un aumento de la represión, y de hecho, militarizó la provincia. Después de los atentados que han conmocionado a París, los medios nacionales han publicado fotografías y artículos relativos a los “nuevos ataques” de la policía contra los presuntos “militantes islamistas” de la provincia. Según algunos expertos, se trata de un modo para justificar futuras nuevas violaciones a los derechos de la etnia.
Las Naciones Unidas, dijo Wang, “deben ser la guía de esta batalla contra el terrorismo. Se necesita un frente unido, que combata unido. China es una víctima del terrorismo y destruir el ETIM debería ser una parte importante de la guerra de la comunidad internacional contra el terror”.