Iglesia coreana: hay demasiada violencia en la sociedad, recuperemos la mesura
Una fuente eclesial comenta a AsiaNews el arresto del líder sindical Han: “No es un mártir de la libertad, usa métodos no pacíficos y forma tropas políticas. Pero se equivoca también el gobierno, aplicando métodos autoritarios que pertenecen al pasado. Que el Jubileo ayude a todos a recuperar el sentido común”. Más de 2.000 agentes desplegados para hacer salir al sindicalista del templo budista Jogye.

Seúl (AsiaNews) – El arresto del líder sindical Han Sang-gyun “expone cuan grande es la criticidad actual de la sociedad surcoreana. El uso de la violencia nunca es correcto, y ambas partes implicadas en la causa aplican métodos que pertenecen al pasado. Que el Jubileo de la misericordia ayude al país a recuperar la mesura”. Quien lo dice es una fuente eclesial (que prefiere permanecer anónima) en diálogo con AsiaNews, comentando el fin del asedio de la policía al templo budista Jogye de Seúl. Dentro del lugar de culto vivía, hace más de un mes, el presidnete de la Confederación coreana de sindicatos unidos.

El hombre era buscado por ser considerado el promotor de los enfrentamientos entre manifestantes y la policía que se verificaron en la capital coreana en noviembre de 2015. Desde el 14 de noviembre, fecha del último episodio de violencia, él solicitó y obtuvo asilo de los monjes budistas, que se propusieron como mediadores para resolver de manera pacífica la cuestión. Hoy, más de 2.000 agentes rodearon el templo: Han, acompañado por un religioso, se entregó a las autoridades. 

Antes del arresto, gritó: “Destruyamos los intentos [del gobierno-ndr] de empeorar las leyes sobre el trabajo”. Luego proclamó una huelga general a partir del próximo 16 de diciembre, y salió del templo. La referencia es a una propuesta, presentada por la presidente Park Geun-hye, de modificar los textos de base sobre el tema de la ocupación: según el sindicato, las nuevas leyes permitirían a las empresas llevar a cabo despidos con mayor facilidad, y reemplazar a los trabajadores fijos con personal temporario. 

La Iglesia católica, explica la fuente a AsiaNews, “defiende, desde siempre y con claridad, los derechos de los trabajadores y la libertad de expresión. Y ciertamente, el gobierno aplica una mano dura, con ciertas demostraciones de fuerza que hacen reflexionar, y que a veces llegan a preocuparnos.  Pero es necesario estar atentos y evaluar con calma cada situación en particular. En este caso, el sindicato ha utilizado métodos no pacíficos y ha procurado hacer política de manera equivocada. Ciertamente, se trata de una situación en la que todos pierden. Esperamos que la misericordia predicada por el Papa Francisco traiga mayor serenidad al país”.