Mumbai (AsiaNews)- estoy contento y lleno de alegría por este gran don de la más alta misericordia. Tuve una amistad realmente intensa con la Madre, hemos pasado largas horas juntos en diversas ocasiones: caminando en el seminario y en sus estructuras, en mi oficina, en tantas otras ocasiones y lugares. Cada vez que nos hemos encontrado hemos compartido nuestras alegrías más profundas y nuestras preocupaciones más importantes. Era realmente una queridísima amiga mía.
La Madre es un don de India al mundo, a aquel seglar y al cristiano. Era nada por todos, sin distinción por las afiliaciones religiosas. Hindúes, musulmanes, sijs, janistas, budistas, no creyentes, hasta los ateos amaban a la Madre con intensidad. Amaban a ella y a su voz de compasión y de amor apasionado por los más pobres y marginados.
La Madre vivió realmente una vida de Misericordia, cada día de su vida fue un Año de Misericordia. Su canonización es una llamada concreta, subraya la llamada a la misericordia en este nuestro siglo XXI. La Madre es un modelo que todos debemos seguir. Este es realmente el mejor regalo de navidad que yo haya jamás recibido.