Mar Chino meridional: pescadores vietnamitas son atacados por embarcaciones chinas
de Paul N. Hung
En el 2015 decenas de miles de familias fueron víctimas “del imperio rojo”. Embarcaciones paramilitares de Beijing amenazan y hunden a pesqueros de Hanoi, con una actitud “inhumana y agresiva”. El último incidente ocurrió el primero de enero. Beijing persigue una política “imperialista” desoyendo las protestas de Vietnam y Filipinas.

 

Hanoi (AsiaNews) - “En el 2015, en tan sólo un año, decenas de miles de familias de pescadores han sido víctimas 'del imperio rojo'. Se trata de embarcaciones pesqueras falsas o, incluso más, de embarcaciones paramilitares que detentan la bandera de China. Las mismas han amenazado y utilizado la violencia contra los pescadores vietnamitas. Tienen una actitud inhumana y agresiva dentro de las aguas territoriales de Vietnam”. Es ésta la denuncia, recogida por AsiaNews, de asociaciones y grupos de pescadores que ya desde hace tiempo son víctimas de la violencia y de los abusos de las naves, embarcaciones y pesqueros que detentan la bandera de Beijing y que surcan las aguas del Mar Chino meridional.  

Hablamos acerca de territorios que están bajo una disputa, y que el gobierno chino pretende controlar -en perjuicio de Vietnam, Flipinas y otras naciones del área- para su uso económico y comercial exclusivo. 

El último caso se remonta al primer día de 2016, cuando el pesquero vietnamita Qng 98459 TS, con base en la provincia de Quảng Ngãi, fue atacado y hundido por una nave de hierro en la que flameaba la bandera china. El incidente ocurrió en las inmediaciones de la isla Cồn Cỏ Island, a menos de 40 millas (70 km) de la costa vietnamita.

El Sr. Huỳnh Thạch, capitán y propietario de la embarcación, relata que “de repente, mi pesquero fue cercado y atacado por una barco de China.  El hurto hizo caer al mar y produjo heridas a varios pescadores". El capitán agrega que la nave china “atacó por segunda vez” nuestra embarcación “de madera”, para cerciorarse de hundirla. “Luego del impacto -concluye- dos personas a bordo de la nave china nos han observado y han señalado nuestro barco mientras éste se hundía”. Algunos pescadores de la zona agregan que hoy “la gente tiene medio de surcar las aguas de las provincias centrales de Vietnam”, por el temor a los ataques chinos. De aquí surge el reclamo al gobierno de Hanoi, para que proteja a los trabajadores que operan en las fronteras nacionales. 

En el centro de la polémica está el control del Fiery Cross Reef, en las islas Spratly, donde China construyó, en julio pasado, un atolón artificial; se trata de un área de 2,74 km2, fruto de un proyecto que ha costado a las arcas chinas una cifra de al menos 12 millardos de dólares. 

En dicha zona, China construyó 9 puentes portuarios, dos helipuertos, 10 antenas de comunicación satelital y estaciones de radar militares. Por último, Beijing realizó una pista de aterrizaje de más de 3 km de extensión y 60 metros de ancho, que permite el aterrizaje de bombarderos estratégicos en las islas Spratly, y desde las cuales es posible controlar el espacio aéreo del Pacífico occidental. 

Un test que ha hecho enfurecer a Vietnam y a Filipinas, quienes han promovido protestas oficiales; sin embargo, las quejas de Hanoi y Manila no han tenido ningún efecto práctico en China, que persigue una política “imperialista” en  la región. 

El gobierno chino reivindica una porción consistente de océano, que comprende las islas Spratly y las Paracel, las cuales son disputadas por Vietnam, Taiwan, Filipinas, Brunei y Malasia (casi el 85% del territorio), y ha emprendido la construcción de una serie de islas artificiales con bases militares. En respuesta a ello, Hanoi y Manila - que primer lugar promovieron una instancia internacional ante el tribunal de la ONU- han fortalecido sus relaciones bilaterales y buscan desde hace tiempo contraponer un frente común. 

Estados Unidos apoya también a los países del Sudeste asiático, porque ha considerado que es “ilegal” e "irracional" aplicar la llamada “lengua de buey” usada por Beijing para demarcar el territorio, llegando a comprender casi el 80% de los 3,5 millones de km2 .