Madaya, fuentes de la ONU: es urgente evacuar a 400 pesonas, que precisan atención médica
Un primer cargamento de ayuda, conteniendo alimentos y artículos de primera necesidad, entró luego de meses de asedio en la ciudad. Para las Naciones Unidas hay cientos de personas, entre ellas niños, cuya vida corre riesgo. Fuentes locales hablan de líderes rebeldes que venden alimentos a precios "exorbitantes". Los guerrilleros se niegan a compartir su comida con la población.

Damasco (AsiaNews) - Cientos de personas en Madaya necesitan ser evacuadas de inmediato para poder recibir atención médica. Es lo que refiere el jefe de la misión humanitaria de las Naciones Unidas, Stephen O’Brien, que coordina las operaciones de socorro en la localidad siria que está siendo asediada desde hace meses. Dentro de la ciudad, la población muere de hambre por la falta de comida y de artículos de primera necesidad. 

Ayer, luego de meses, ingresó el primer cargamento de ayuda en la ciudad. Es alto el riesgo, como denunció ante AsiaNews el Patriarca melquita Gregorio III Laham, que las provisiones terminen    “en manos de bandas criminales y de grupos terroristas”. Testigo cuentan, de hceho, que los líderes rebeldes venden a la población la comida y los artículos de primera necesidad a precios "exorbitantes”.

Al intervenir en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para hablar sobre la situación en Madaya, el jefe de la misión de la ONU afirmó que al menos 400 personas corren el riesgo de morir de hambre si no reciben atención médica de inmediato. De hecho, fuentes dilpomáticas consideran "creíbles" los relatos de personas que han fallecido a causa de la falta constante de comida. 

Retomando los relatos del coordinador de la asistencia humanitaria en el campo, Stephen O’Brien habla de “al menos 400 personas que deben ser evacuadas inmediatamente. Debemos tratar de hacerlo en el menor tiempo posible -agregó- para que reciban atención médica”. Entre las personas que están en peligro, se hallan también varios niños. Para sobrevivir, la gente se alimenta de hierba de los campos y de carne de gato, en tanto los guerrilleros “se niegan a compartir o a distribuir parte de la comida a la población”.  

En las últimas horas, algunos ciudadanos han recibido el permido para dejar la ciudad y se encuentran en los puntos establecidos para ser llevados, esperando las operaciones de evacuación.

Ayer, una caravana de la Cruz Roja internacional y de la Medialuna roja, bajo el patrocinio de la ONU, -compuesto por 44 camiones cargados de artículos alimentarios- entró en Madaya, con comida y provisiones en grado de saciar el hambre de 20.000 habitantes durante por lo menos un mes. Desde octubre pasado, la población no recibe ayuda, y los precios de las provisiones, que ya son imposibles de conseguir, se han ido por las nubes, con un litro de leche siendo vendido en el mercado negro a 200 dólares. Entre las provisiones entregadas ayer hay medicinas, frazadas, insumos y jabones. La distribución de ayuda y asistencia continuará en las próximas horas.  

Si bien no hay cifras actualizadas sobre el número de víctimas, fuentes de Médicos sin fronteras (MSF) han informado que desde el primero de diciembre pasado ya han muerto de hambre al menos 28 personas. Funcionarios de las Naciones Unidas hablan de testimonios (creíbles) de personas que han muerto de hambre y de otras que han sido asesinadas cuando intentaban huir del área. 

En Siria casi 4,5 millones de personas viven en áreas que están bajo disputa y que por ende son difíciles de alcanzar para la agencias humanitarias. De ellas, al menos 400.000 viven en 15 localidades distintas que se encuentran asediadas, y padecen condiciones de extrema necesidad, sin posibilidad de recibir ayuda. Entre éstas se halla justamente Madaya, situada a 25 km al noroeste de Damasco y a sólo 11 km de la frontera con el Líbano; desde julio pasado la zona está siendo asediada por las fuerzas del gobierno, apoyadas por los aliados chiitas libaneses de Hezbollah. Situaciones análogas se registran en Foah y Kefraya - que están siendo asediadas por las milicias rebeldes - , donde vivien al menos 20.000 personas que están atrapadas desde marzo pasado y privadas de toda ayuda.