Hong Kong, la revuelta de los "bocaditos de pescado ". Disparos de la policía; vendedores ambulantes lanzan botellas
de Paul Wang

Los enfrentamientos estallaron después de que la policía intervino para clausurar los puestos y desalojar a los vendedores de comidas, algo tradicional en Hong Kong. Fueron arrestadas 24 personas, incluyendo a miembros de grupos anti-China. La policía, acusada de utilizar demasiada violencia.   


Hong Kong (AsiaNews) - Recién esta mañana regresó la calma al distrito de Mong Kok, luego de una noche de enfrentamientos entre la policía, que disparó al aire, y cientos de manifestantes que lanzaron botellas, ladrillos y macetas contra la policía. Al menos 24 personas fueron detenidas. Entre ellas, incluso miembros del Grupo Hong Kong Indigenous, un grupo anti-China, que defiende la cultura local de la zona. Los heridos fueron 48, incluyendo a policías y periodistas.

La violencia estalló anoche, cuando algunos inspectores de higiene trataron de clausurar puetsos de los vendedores ambulantes. chozas precarias y carritos callejeros que son típicos de Hong Kong y en especial en el distrito de Mong Kok y en las estaciones de metro. Dependiendo de la temporada, venden fruta, queso de soja, sopa de pescado y golosinas. Por lo general, la policía hace la vista gorda y permiten este comercio diminuto, que por poco dinero permite a la gente comer en la calle y ahorrar tiempo y dinero. Pero este año la policía ha decidido intervenir. Cuando llegó la policía, cientos de personas llegaron a las calles para defender a los vendedores ambulantes y entonces estalló el caos. Disturbios, golpes, detenciones duraron hasta las primeras horas después de la medianoche.

En las redes sociales los disturbios fueron denominados como "la revuelta de los bocadillos de pescado". Mucha gente - incluyendo algunos testigos - dicen que la policía fue demasiado violenta e incluso golpearon a los transeúntes. La policía acusó a "elementos radicales que, con armas hechas a mano y escudos, se enfrentaron con la policía".

El hecho es desconcertante, ya que se llevó a cabo en el primer día del Año Nuevo chino, un período que se caracteriza por la amistad y la armonía familiar y social. Pero es un signo de las tensiones que eclosionan dentro de la sociedad, marcada por las dificultades económicas y un pesimismo creciente hacia las autoridades de gobierno y hacia los organismos encargados de hacer cumplir la ley, cada vez más vistos como "servidores de China y sus intereses", sin prestar cuidado alguno hacia la población de Hong Kong.