Papa: el cristianismo es “concreto”, no es una religión “del decir”, sino "del hacer"

Dios dice: “Socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda”. “Esta es la vida cristiana. En cambio, el hecho del mero decir nos conduce a la vanidad, a ese fingir ser cristiano. Pero no, no se es cristiano así”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El cristianismo es una religión concreta, que obra haciendo el bien, y no una “religión del decir”, hecha de hipocresía y vanidad. Es lo que dijo hoy el Papa Francisco, durante la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, comentando un pasaje del libro del profeta Isaías y un pasaje del Evangelio de Mateo de la liturgia del día, para explicar una vez más la “dialéctica evangélica entre el decir y el hacer”.

Francisco subrayó las palabras de Jesús, que desenmascaran la hipocresía de los escribas y fariseos, invitando a los discípulos y a la multitud a observar aquello que ellos enseñan, pero a no comportarse como ellos obran. “El Señor nos enseña el camino del hacer. Y cuántas veces encontramos gente –¡incluso nosotros eh!- , tantas veces en la Iglesia (que dice): “¡Oh, yo soy muy católico!” ‘Pero, ¿qué haces?’ Cuántos padres dicen ser católicos, pero nunca tienen tiempo para hablar con sus hijos, para jugar con sus hijos, para escuchar a sus hijos.  Quizás tienen a sus padres en un geriátrico, pero siempre están ocupados y no pueden ir a visitarlos y los dejan abandonados. ‘¡Pero soy muy católico, eh! Yo pertenezco a esa asociación’. Ésta es la religión del decir; yo digo que soy así, pero practico la mundanidad”.

 “Decir y no hacer” es “un engaño”. Las palabras de Isaías indican qué es lo que prefiere Dios: “Cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien”. “Socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda”. Y demuestran también, por otra parte, la infinita misericordia de Dios, que dice a la humanidad: “Eh, venid y discutamos. Aunque vuestros pecados fueran como escarlata, se volverán blancos como la nieve”. “La misericordia del Señor va al encuentro de quienes tienen el coraje de discutir con Él, pero discutir sobre la verdad, sobre las cosas que hago y las que no hago, para corregirme. Y éste es el gran amor del Señor, en esta dialéctica entre el decir y el hacer. Ser cristiano significa hacer: hacer la voluntad de Dios.  Y en el último día –¡porque todo tendremos uno, eh!-, ¿qué nos preguntará el Señor? Nos dirá: “¿Qué dijisteis de mí? ¡No! Nos preguntará acerca de las cosas que hemos hecho”.

Y aquí el Papa recordó el capítulo del Evangelio de Mateo sobre el Juicio Final, cuando Dios pedirá cuentas al hombre de lo que haya hecho con los hambrientos, los sedientos, los presos, los extranjeros. “Ésta es la vida cristiana. En cambio, el mero decir nos conduce a la vanidad, a ese fingir ser cristiano. Pero no, no se es cristiano así”. “Que el Señor – fue la conclusión de Francisco – nos dé esta sabiduría de entender bien dónde está la diferencia entre el decir y el hacer y nos enseñe el camino del hacer, y nos ayude a marchar por ese camino, porque el camino del decir nos conduce al lugar donde estaban estos doctores de la ley, estos clérigos, a quienes gustaba vestirse y verse casi como si fueran una majestad, ¿no?  ¡Y ésta no es la realidad del Evangelio! Que el Señor nos enseñe este camino”.