En la fiesta de los Oscar emerge el drama de las mujeres víctimas de los delitos de honor islámicos

El premio para el mejor documental breve fue otorgado a la periodista y directora Sharmeen Obaid-Chinoy, que con su  “A Girl in the River” denuncia la práctica del “precio del dinero” y los abusos cometidos contra los derechos de las mujeres en Pakistán.  “En el islam no hay lugar para estas perversiones”. El primer ministro Sharif promete “erradicar esta vergüenza”.


Los Angeles (AsiaNews) – En la noche más importantes del cine en todo el mundo, un lugar de honor fue conquistado también por el drama de los delitos de honor en el mundo islámico. El premio Oscar 2016 para el mejor documental breve fue otorgado, de hecho,  a la periodista y directora Sharmeen Obaid-Chinoy, quee con su “A Girl in the River” denuncia la práctica del “precio del dinero” y los abusos de los derechos de las mujeres en Pakistán. Se trata del segundo reconocimiento para la directora, que anteriormente ganó en la misma categoría en los Oscar 2012, con un documental acerca de la práctica de desfigurar con ácido  a las mujeres en su país.

El film que se adjudicó la edición de este año está basado en una historia verídica, que la periodista ha seguido en primera persona.  Es la historia de Saba Qaiser, de 19 años, que, yendo contra del deseo de su familia, se casa con el hombre del cual está enamorada. Poco después del matrimonio, el padre y el tío lo llevan a la orilla del río, le disparan a la cabeza, la colocan en una bolsa plástica y la arrojan al río, convencidos de haberla matado.

Habiendo sobrevivido de milagro, Saba logra arrastrarse hasta la primera aldea, donde es llevada a un hospital y salvada por un médico, que a lo largo de meses le reconstruye parte del rostro desfigurado por el disparo de pistola. Con el padre y el tío en prisión, Saba sufre enormes presiones de la comunidad, a tal punto que decide perdonarlos, permitiendo que ellos recuperen su libertad, según la ley vigente en Pakistán.

El film está totalmente centrado en el punto de vista de Saba, a quien la directora conoce en persona. El gobierno pakistaní estima que cada año cerca de 1000 mujeres son ajusticiadas en delitos de honor, pero otras estimaciones, más neutrales, consideran que las víctimas son “al menos 4.000”. Cuando aceptó el Oscar, la directora dijo: “No hay lugar en el islam para estas prácticas vergonzosas.  Esto sucede cuando mujeres, convencidas,  se unen: que ahora se haga lo mismo para abolir esta terrible realidad”.

El primer ministro pakistaní, Nawaz Sharif, se reunió con Obaid-Chinoy una semana antes de la noche de los Oscar: la directora proyectó el film en la residencia privada del líder en Islamabad, y estuvieron presentes miembros del Senado y de la Asamblea nacional pakistaní. Al finalizar  la proyección, Sharif prometió “liberar a Pakistán de este mal con leyes apropiadas”.