Mons. Menaparampil visita a los familiares del p. Tom: Ejemplo de coraje y misión
de Nirmala Carvalho

El arzobispo de Guwahati cuenta que el salesiano secuestrado en Yemen por un grupo yihadista. Él era consciente de los riesgos que corría, pero siempre quiso continuar su obra. El prelado se encontró con la familia y testimonió la solidaridad de todo el mundo. Las lágrimas del hermano del sacerdote raptado durante un momento de plegaria.


Mumbai (AsiaNews)- Del p. Tom Uzhunnalil, el sacerdote indio raptado en Yemen en los primeros días de marzo, “he admirado desde el principio su coraje y su astucia en todas las situaciones”. Él estaba bien consciente de los riesgos que corría y estaba “listo para soportar este destino”. Sin embargo, “esperemos con todo el corazón que pueda ser sacado de las manos de sus raptores y que las hermanas puedan encontrar algún modo para poder continuar su misión”. Es cuánto afirma a AsiaNews , mons. Thomas Menamparampil, arzobispo salesiano, actual administrador apostólico de Jowai y emérito de Guwahati, en India. “Cuando leí la noticia del brutal homicidio de las hermanas- cuenta el prelado- y vi sus fotos, me encontraba de viaje en una zona remota de mi misión. Estallé en lágrimas, no logré controlarme”.

Desde el 4 de marzo, el p. Tom está en manos del grupo yihadista, con toda probabilidad ligado al EI, que asaltó una casa de descanso para enfermos y ancianos de las misioneras de la caridad en Aden. En el ataque fueron masacradas cuatro hermanas de Madre Teresa y otras doce personas, presentes en el interior de la estructura.

Hasta ahora no hay noticias oficiales sobre la suerte de sacerdote de cincuenta y seis años, nacido en Ramapuram, cerca de Pala (Kottayam, Kerala), en una familia de gran fe católica. Su tío Matteo, muerto el año pasado, también él salesiano fue el fundador de la misión en Yemen. El p. Tom se encontraba en el país árabe de hace cuatro años.

Durante la Semana Santa en India circularon voces- sin fundamento- de un plan elaborado por los raptores que preveía la tortura, el asesinato y la crucifixión del sacerdote el 25 de marzo en concomitancia con el Viernes Santo. Voces desmentidas varias veces por los salesianos y por el Vicariato de Arabia, pero que han alimentado los temores sobre la suerte del sacerdote indio. En estas semanas en India y en muchas partes del mundo se tuvieron momentos de oración para pedir la liberación del sacerdote. Entre éstas hubo una vigilia de la arquidiócesis de Bangalore, el 4 de abril, a un mes del rapto.

En primera línea en la defensa de la paz y los derechos humanos, mons. Menaparampil se encontró varias veces con el p. Tom y recuerda la figura del tío, el p. Matteo, “que desarrolló con gran suceso su misión en Yemen”. En los últimos tiempos “las cosas cambiaron”, subraya el prelado, “pero el p. Tom no se dejó abatir por las dificultades. Él siempre alentó a las hermanas a permanecer, también al precio del martirio. Y es justo aquello que han hecho”.

Recientemente el obispo visitó a la familia del p. Tom en Ramapuram, en Kerala, donde se encontró y habló con el hermano mayor Matthew. Los parientes “han recibido muchas visitas” cuenta, “entre los cuales diversos obispos, el líder del BJP local y otras personalidades. También, grupos de fieles “transcurrieron mucho tiempo rezando con Matthew pidiendo por la liberación del p. Tom. “También yo-agrega monseñor- le pedí que rezáramos e iniciamos de los primeros cinco versículos del Salmo 20, que es mi preferido”. “Como dije en mi primera parte- agrega- que recita “Pueda el Señor escuchar tus oraciones en tiempos difíciles” él se puso a llorar y por algunos instantes no logramos continuar”.

El arzobispo de Guwahati recordó a la familia del p. Tom, la ola de solidaridad que se elevó en todo el mundo y los tantos encuentros de oración para pedir la liberación del sacerdote. “Y esto hizo llorar aún más al hermano”. Al final, junto a otros dos sacerdotes “que estaban conmigo, nos unimos en un momento final de oración”. La familia “no tiene mayores informaciones” respecto a cuánto “cuentan los periódicos”, agrega el prelado, que subraya el compromiso del gobierno de Kerala y de las máximas instituciones del país para lograr la liberación del salesiano.

“Hace algunos años- concluye mons. Menaparampli- el p. James Pulickal fue secuestrado en Sudán por un grupo extremista islámico. Él permaneció algunos años en manos de sus secuestradores. Sin embargo, la bondad del sacerdote tocó el corazón de los raptores y al final lo liberaron. Tenemos confianza en el Señor y sabemos que hay un tiempo y una estación para todo”.