Reporteros sin fronteras: en Asia siempre menos libertad de prensa
de Paul Eckert

Corea del Norte, China, Vietnam y Laos están en el fondo de la clasificación de los ciento y ochenta países estudiados. Preocupa la “visión totalitaria” de Xi Jinping y su apriete sobre la libertad en Hong Kong. En casi todos los países del este y del sudeste asiático, los medios están controlados en modo directo por el gobierno. En descenso también las democracias coreanas y japonesa, antes consideradas como modelos de libertad. 


París (AsiaNews/Radio Free Asia)- Las naciones de Asia del este y del sudeste, donde hay cuatro de los cinco regímenes comunistas del mundo, que están en la parte peor de la clasificación sobre la libertad de prensa presentada por Reporteros sin frontera (RSF). Sobre 180 naciones tomadas en consideración, Corea del Norte se clasifica en el 179° lugar, China en el 176°, seguida por Vietnam y Laos (143°), Christofhe Deloire, secretario general de la Ong con base en París, escribe que “el clima de miedo (instaurado por los regímenes) desemboca en una creciente aversión al debate y al pluralismo, en una vuelta de tuerca sobre la prensa deseado por los gobiernos, siempre más opresivos y autoritarios y en un periodismo de los medios de prensa privados que siempre son más modelados según los intereses personales”.

Por gentil concesión de radio Free Asia, publicamos el artículo de Paul Eckert, que recorre los juicios de la RSF sobre la censura que golpea a los países asiéticos. Traducción realizada por Asianews.

El observatorio global de reportero sin fronteras (RSF) escribió en el informe anual publicado ayer que el año pasado la libertad de los medios en la región Asia-Pacífico bajó en un modo neto, ya sea en los países autoritarios como también en los Estados democráticos. “La libertad de los medios de comunicación-escribe la Ong con base en París- empeoró en modo significativo o se estancó en la mayor parte de la región”. “El declino involucró también a las democracias de Asia del este, que antes eran vistas como modelos regionales”.

Asia del este y del sudeste, donde hay cuatro de los regímenes comunistas del mundo, figura muy mal en la clasificación de las 180 naciones compiladas por RSF. Corea del Norte se clasifica segunda, en el 179° puesto, China se coloca en el 176° lugar, seguida por Vietnam y con Laos en el 173° puesto. El informe, que estila esta clasificación desde 2002, escribe: “En China el partido comunista llevó la represión a nuevas cimas. A los periodistas no se les ha ahorrado nada, ni siquiera los secuestros, las confesiones forzadas en televisión y las amenazas a los familiares”.

La “visión totalitaria” de Xi

Según las directivas dadas recientemente por el presidente Xi Jinping, continúa RSF, los medios chinos “deben amar al Partido, proteger al Partido y aliarse con la dirigencia del Partido en pensamiento, política y acción”. Esto “no podía no hacer más claro esto como la visión totalitaria del rol de los medios de comunicación”. Según el estudio, “realizar críticas no autorizadas es una de las tantas cosas que están prohibidas a los periodistas. Esto refuerza un arsenal ya formidable, que incluye la ley sobre el secreto de Estado y el Código penal”.

Hong Kong, una región especial de China que goza de autonomía en ciertos aspectos, se clasifica en el 69° puesto en cuanto a libertad de prensa, poco más arriba de Corea del Sur y Japón. “Los medios- escribe RSF- están aún en grado de reportar noticias sensibles que involucran al gobierno local y China continental, pero aumentó en modo significativo el esfuerzo necesario para defender su posición editorial de la influencia de Beijing”. La Ong hace notar además que hombres de negocio chinos han adquirido numerosos periódicos de Hong Kong, mientras los miembros del Partido han atacado en modo violento a los periodistas de la ex colonia británica que hablaba libremente.

En Vietnam, escribe RSF, un tiempo en un escalón sobre China en la clasificación de la libertad, “visto que todos los medios toman órdenes del partido comunista, la única fuente independiente de informaciones son los blogger y el periodismo participativo, que son los blancos fijos de formas de persecución extremamente duras, incluida la violencia de la policía”.

En Corea del Norte, que está en una posición antes de Eritrea, última clasificada, el totalitarismo del líder Kim Jong-un, “continúa teniendo a la población en un estado de ignorancia”. “Las autoridades- escribe RFS- controlan de cerca a los reporteros extranjeros y les impiden hablar en público, que vive en el miedo de ser enviado a un campo de concentración por haber escuchado una radio extranjera”.

Los peligros del sudeste asiático

En Laos, que descendió dos posiciones hasta llegar a la 173°, el Partido revolucionario del pueblo (LPRP) “ejercita un control absoluto sobre los medios de comunicación”. “Los laosianos-continúa RSF-, siempre más conscientes de la restricción impuesta sobre la prensa oficial y de su auto censura, se están dirigiendo a las redes sociales”. La Ong francesa recuerda que un decreto de 2014 establece la cárcel para aquellos que usan internet para criticar al gobierno”

El informe del RSF posiciona Myanmar- país que ha inaugurado a inicios de este mes su propio gobierno democrático- en el 143| puesto, una posición más arriba respecto al año pasado. El estudio afirma que el gobierno “parece haber optado por una libertad controlada de cerca en vez que una censura drástica, como aquella que estaba en curso hasta hace poco tiempo atrás. Por lo tanto los periódicos que cubren noticias de política gozan de un poco más de libertad”. La prensa del Estado en lengua birmana- continúa RSF- continúa censurando y evitando toda crítica al gobierno o a las fuerzas armadas”.

Reporteros sin fronteras, posiciona a Camboya en el 128° puesto, empeorada de 11 casillas respecto al 2015, visto que “la prensa sea toda controlada en modo directo por el Estado y es monitoreada en modo atento”. “Los periodistas- escribe el informe- pueden pagar un caro precio por haber escrito de la deforestación ilegal, del tráfico entre la industria del pescado o de otros recursos naturales”. Según RSF las acusaciones más comunes dirigidas a los cronistas son aquellas de “difamación o daño de la imagen del país”.

En un mensaje que acompaña la relación apenas publicada, Cristophe Deloire, secretario general de RSF, escribe: “Lamentablemente es claro que muchos de los líderes mundiales están desarrollando una forma de paranoia en relación con el periodismo honesto. El clima de miedo termina en una aversión al debate y al pluralismo honesto, en un ajuste sobre la prensa querido por gobiernos siempre más opresivos y autoritarios y en un periodismo de medios de comunicación privados que es siempre más modelado sobre los intereses personales”.