Justicia y Paz: Hanói sabotea las investigaciones sobre la muerte de peces y ataca a los manifestantes
de J.B. Nam Nguyen

Mons. Paul Nguyen Thai Hop, presidente de la Comisión, escribió una carta pastoral denunciando “el puño de hierro usado por el gobierno para reprimir toda manifestación pacífica en favor del ambiente”. De hace un mes y medio, las descargas de residuos de la empresa del acero Hung Nghiep que provocó la muerte de peces y ponen en riesgo la salud de los habitantes. No se pueden tolerar “los crímenes contra la naturaleza y contra Dios descriptos por el Papa Francisco en la Laudato si”.


Hanói (AsiaNews)- “No podemos permanecer indiferentes a la desastrosa contaminación del ambiente que no sólo está difundiendo el caos en las costas centrales, sino también que está poniendo en riesgo por un largo plazo a toda la nación. El océano, si así puedo decir, está gritando de desesperación por el hecho que lo están envenenando hasta la muerte”. Es la alarma lanzada por mons. Paul Nguyen Thai Hop, obispo de Ninh y presidente de la Comisión episcopal Justicia y Paz, que denuncia al gobierno de Hanói por haber reprimido con violencia las protestas de la población y haber saboteado las investigaciones ecológicas.

En una carta pastoral escrita el 13 de mayo pasado, el obispo describe “el pánico, el empobrecimiento y la indignación que las personas están atravesando” a causa de la emergencia ambiental que desde hace un mes y medio causa la muerte de centenares de miles de peces y pone de rodillas a los pescadores de las provincias centrales de Vietnam. “Como escribió el Papa Francisco en la “Laudato si”- afirma el prelado- no podemos tolerar los crímenes contra la naturaleza, que son pecados contra Dios”.

A partir del 6 de abril pasado, miles de peces muertos han iniciado a aparecer en las playas de las provincias centrales de Tinh, Quang Binh, Quang Tri y Thúra Thien-Hué. A inicios de mayo se descubrió un largo caño de descarga perteneciente a la compañía de acero Huung Nghiep (del Formosa Plastic Grup de Taiwan) que conduce aguas contaminadas a diecisiete metros bajo el nivel del mar. La empresa admitió que cada día se vierten doce mil metros cúbicos de líquido tóxico. Recientemente la industria ha utilizado trescientas toneladas de material químico para “enfriar” los conductos de su sistema acuífero.

Mons Paul Nguyen Thai Hop acusa al gobierno, culpable de haber saboteado las investigaciones: “Por más de un mes las autoridades han evitado descubrir las causas y los culpables de esta catástrofe. Además han alentado a la gente a consumir el pescado de las zonas afectadas sin ningún control sanitario”. Lo que es difícil comprender, continúa el prelado: “es el puño de hierro usado por el gobierno para reprimir todas las protestas, que pedían que se volviera a hacer del mar un ambiente limpio”.

Según el presidente de Justicia y Paz, los daños ambientales causados por las descargas de la Huung Nghiep son muy graves: “Estos elementos tóxicos permanecerán en el mar por mucho tiempo. Las corrientes marinas diluirán la concentración de modo que no causarán la muerte inmediata de las creaturas del mar, pero éstas sufrirán igualmente el peligro por mucho tiempo por la comida infectada. Cuando los hombres consumirán los productos marinos que fueron envenenados, estas substancias nocivas se infiltrarán y se acumularán en sus cuerpos, pudiendo provocar cáncer, deformidades, defectos en los nacimientos”.

Para enfrentar la emergencia, el obispo de Vinh hizo un pedido a todos “los hermanos y hermanas católicos para que demuestren su naturaleza cristiana […] abandonando el estilo de vida consumista e irrespetuoso sobre los problemas ambientales […]; ayudando a las víctimas del desastre visitándolos y donando ayudas materiales y espirituales; sepultando en manera segura los animales marinos muertos de tal modo que se puedan prevenir emisiones tóxicas; no comprando ni vendiendo alimentos contaminados […]; cooperando con individuos y organizaciones de buena voluntad para encontrar medidas para contrarrestar la emergencia”.

Al final, el obispo Hop pidió la inserción en la Constitución de Vietnam del derecho de los ciudadanos de poder pedir y exigir transparencia al gobierno del país y en la gestión del desastre y que los responsables sean llevados delante de la justicia”.