Papa: Conversión, Jesús persuadía a la gente con amabilidad y con el amor

El Papa Francisco dedicó la audiencia jubilar de este sábado a la conversión, “primera palabra” de la predicación de Jesús. Él, “con el Espíritu Santo… nos siembra esta inquietud para cambiar de vida y ser un poco mejores”. Las conversiones de Mateo y Zaqueo sucedieron “porque sintieron que eran amados por Jesús y a través suyo, por el Padre”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Llamando a la conversión, Jesús no tenía la actitud de “juez”. “Jesús persuadía a la gente con la amabilidad, con el amor y con este comportamiento suyo, Jesús tocaba lo más profundo del corazón de las personas, y ellas se sentían atraídas por el amor de Dios y empujadas a cambiar de vida. Por ejemplo, las conversiones de Mateo (Cfr. Mt 9,9-13) y de Zaqueo (Cfr. 19,1-10) sucedieron justamente de este modo, porque se sintieron amados por Jesús y a través suyo, por el Padre”. Son algunos de los pensamientos expresados por el Papa Francisco durante la audiencia jubilar que se realizó esta mañana ante unos veinticinco mil fieles. Antes de su discurso, el pontífice dio vueltas con el jeep entre la multitud y en un cierto momento hizo subir a niños y niñas, saludándolos uno por uno.

La audiencia fue dedicada a la conversión” y al “perdón de los pecados”, “dos aspectos calificativos de la misericordia de Dios que, con amor, nos cuida”. En el momento de hoy, el Papa habló sobre el tema de la conversión, mostrando el significado en la predicación profética y luego en la de Jesús. “Jesús- dijo- hizo de la conversión la primera palabra de su predicación: “Conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc 1,15), o sea miren y den marcha atrás”.  

“Respecto a la predicación de los profetas -agregó-, Jesús insiste aún más sobre la dimensión interior de la conversión. En ella, toda la persona está involucrada, corazón y mente, para convertirse en criatura nueva, una persona nueva. Cambia el corazón y uno se renueva”.

El pontífice después se detuvo sobre la inquietud que a menudo probamos con el deseo de cambiar y sobre el sentido del fracaso que se prueba all no lograr cambiar. “Jesús, que está con nosotros-explicó- nos invita a cambiar de vida. Es Él, con el espíritu Santo, que nos siembra esta inquietud por cambiar de vida y ser un poco mejores…Él hace todo, pero (debemos) abrir de par en par el corazón para que él pueda sanarnos y sacarnos adelante. Os aseguro que seremos más felices”.