Nosotros, los musulmanes hipócritas: Daesh sí que nos representa
de Kamel Abderrahmani

La Sharia “inventada” por los ulemas y enseñada en las escuelas coránicas es la misma practicada por los militantes del Estado islámico. La “jurisprudencia religiosa, surgida hace más de diez siglos” ha “encadenado y oxidado nuestro cerebro y el de nuestros hijos”. Es urgente que la religión musulmana rejuvenezca y se libre de las ambigüedades ligadas al pasado. La valiente denuncia de un joven estudiante musulmán argelino.


París (AsiaNews)- Después de cada masacre realizada por Daesh o por cualquier terrorista islámico, se inicia el juego de quién es el responsable. Mientras entre los occidentales se acusa en bloque a la religión de los musulmanes, en el mundo islámico se trata de alejar todo vínculo entre la violencia y la religión musulmana, diciendo inmediatamente: “Esto no es el islam”. Sucedió lo mismo en estos días, después de las masacres de Estambul, Bagdad y Dacca, reivindicadas más o menos en modo oficial por el Estado islámico. Justamente después de estas masacres, nos llegó esta pequeña reflexión de parte de un estudiante argelino (musulmán) de veintisiete años, que vive en Francia. Él acusa de hipocresía a gran parte del mundo islámico, que, por un lado, dice que rechaza lo obrado por Daesh, y por otra, sueña con aplicar en todo el mundo la sharia. El joven autor subraya, sobre todo, cuánta necesidad tienen los musulmanes de realizar una reforma y una modernización de la fe, abandonando aquellos elementos ligados al pasado histórico de la comunidad islámica (lamentablemente) difundidos y “predicados en nuestras mezquitas y enseñados en nuestras escuelas”.

¡Daesh, nosotros y el clero (musulmán)!

Hoy he decidido hacer una toma de posición para defender al Estado islámico frente a todos aquellos que dicen que éste no representa la sharia. Daesh no es hipócrita. Es franco, directo y verdadero.

¿Cómo osamos decir que Daesh no representa la sharia? Una sharia inventada por nuestros “ulemas”, predicada en nuestras mezquitas y enseñada en nuestras escuelas. Y hoy, esta misma sharia, es aplicada perfectamente en su terreno por parte del Estado islámico.

[La misma] es el resultado de nuestras ideas y de nuestra jurisprudencia religiosa, surgida hace más de diez años. Observemos hasta qué punto la institución clerical encadenó y oxidó nuestro cerebro y el de nuestros hijos. Observemos cómo la misma ha excomulgado luces (intelectuales) como Averroé, Ibn Sina (Avisena) Arkoun…la lista es larga.

Nosotros queremos un califato similar al del profeta, como bien lo describen nuestros libros y nuestros imanes en sus prédicas. ¡Esta es una utopía que es enseñada hace siglos!

Dejémonos ya de denunciar a este Estado (Islámico) y dejemos de ofenderlo. No es fácil desembarazarse de él, porque es hijo legítimo de nuestra jurisprudencia. En concreto, si tenemos realmente esta intención, desembaracémonos de nuestra sharia y de nuestra jurisprudencia, que en definitiva, le han dado la vida. Esta sharia no es la de Dios, sino la del diablo. ¡Basta de atribuirle un carácter sagrado!

“¡Y sobre todo, no tratemos de acusar al Mossad, a China y a los otros “no creyentes”! Hace diez siglos, ellos no existían. No es la mano extranjera la que promulgó leyes diabólicas como la amputación de las manos a los ladrones (v.foto) ¡No seamos injustos, no es el Mossad el que ha hecho aprobar la lapidación de la adúltera como una ley divina! ¡No es la CIA la que inventó la ejecución del apóstata…sino que han sido nuestros “shouyoukhs” (doctores coránicos) y su jurisprudencia barata!.

Si hoy los EEUU nos ayudan a realizar nuestro sueño (el Estado “diabólico”), porque cuadra con sus intereses, nosotros debemos agradecerles, porque es un objetivo de nuestra jurisprudencia. Debemos aplaudir, también, a los valientes miembros de Daesh. Ellos no son hipócritas como nosotros. Ellos aplican las recomendaciones de los doctores coránicos al pie de la letra.

Nustra posición es realmente contradictoria, confusa, deshonesta, hipócrita. Nosotros compartimos la misma sharia con Daesh, pero lamentablemente no la asumimos y continuamos diciendo que Daesh no nos representa. ¡Es realmente extraño!

¿No queremos la instauración de un califato?

¿No queremos instaurar nuestra sharia?

Si la respuesta es “sí”, no tenemos más que dos opciones. ¡O los alcanzamos y nos aliamos a Daesh, o bien dejamos de recitar la comedia y reformamos nuestra visión del islam, y nos deshacemos de todo lo viejo, o sea, de la sharia y de la jurisprudencia inventada por los ulemas! Debemos decidir, antes de que sea demasiado tarde.