Seúl, empresarios contra el gobierno: reabrid Kaesong

Clausurado hace cinco meses a raíz de la altísima tensión entre el Norte y el Sur de la península, el complejo industrial intercoreano actualmente está bajo el control del ejército de Pyongyang. El Ejecutivo del Sur niega a los inversionistas la posibilidad de controlar los establecimientos, y las 124 empresas corren el riesgo de quebrar.


Seúl (AsiaNews) – Tras cinco meses de clausura del complejo industrial intercoreano de Kaesong, los empresarios del Sur que han invertido tiempo y dinero en el proyecto, piden al gobierno reabrir el sitio “antes de que sea demasiado tarde”. Los propietarios de las 124 industrias instaladas en el área –por años, un signo de distensión entre las dos Coreas-  denuncian que se han convertido en “marionetas políticas” y atacan: o se remprenden las actividades o debe haber un resarcimiento total. Sobre todo, viendo que la quiebra parece estar más cerca que nunca.

El complejo industrial intercoreano de Kaesong fue inaugurado en el año 2004, gracias a las políticas de distensión promovidas por el entonces presidente surcoreano Kim Dae-jung (que dejó su cargo en el 2003). Desde su inauguración, el mismo ha reportado al gobierno del Norte cerca de 616 millardos de won (cerca de 560 millones de dólares) en remesas e impuestos. En esencia, el área combina el capital y la tecnología surcoreana con la mano de obra norcoreana: las 124 empresas del Sur que operan allí el año pasado tomaron a 54.000 operarios del Norte como empleados. Considerando el año 2015 solamente, ellos han producido bienes por un valor equivalente a 550 millones de dólares.

Junto al tour por el monte Kumgang, a la “línea roja” directa y al “pueblo de la paz” de Panmunjon, el complejo industrial ha sido, por años, uno de los pocos puentes entre las dos naciones. En febrero de 2016, culminando una escalada de provocaciones militares y diplomáticas bilaterales,  Pyongyang clausuró la estructura mediante el uso de la fuerza.  Y Seúl, tal como denuncian hoy los empresarios, “no movió un dedo para protegernos”.

El administrador delegado de la empresa S&G, del rubro textil, dice: “Durante años, el gobierno nos elogió por nuestro trabajo a favor de la cooperación entre las dos Coreas, y siempre prometió que la política no tendría incidencia en nuestros asuntos. En reiteradas oportunidades se nos dijo que nos protegerían. ¿Es que sólo eran promesas vacías?

Obligados a dejar las empresas con 12 horas de preaviso, los inversionistas querrían al menos poder controlar la situación de las fábricas. Pero la solicitud para efectuar un reconocimiento del lugar ha sido rechazada por el Ministerio de la Unificación a principios de junio: semejante viaje “resultaría inapropiado”. Por su parte, el régimen de Pyongyang anunció que ha puesto el complejo “bajo el control del ejército”, y no ha dado más noticias al respecto.