Según el sistema nacional se necesita un certificado (hukou) para tener acceso a los servicios municipales de base como la salud y la instrucción. Pero las autoridades quieren tener bajo control a la población urbana y si posible hacerla disminuir. Desde hoy se necesitarán siete años de contribuciones pagados en la capital-sin obtener nada en cambio- para poder presentar el pedido.
Beijing (AsiaNews)- Siete años de contribuciones, pero sin obtener ningún servicio de base, antes de poder presentar el pedido de residencia en Beijing. Es cuanto establecen las nuevas reglas emanadas hoy por las autoridades ciudadanas para conceder el certificado de residencia (hukou) a aquellos que no nacieron en la capital. La nueva lista introducida por la norma prevé también un sistema de puntos que de hecho impedirán a los migrantes económicos poder obtener en cambio el deseado documento.
El hukou fue introducido en 1958 para frenar la urbanización salvaje y bloquear a los campesinos para que se queden trabajando la tierra. Después de las modernizaciones de Deng Xiaoping, la creciente industria ciudadana siempre necesitó mano de obra y la buscó justamente en los migrantes que provenían de los campos. Pero no teniendo la residencia en las ciudades, los migrantes fueron explotados como fuerza trabajo, sin concederles los beneficios correspondientes a la residencia, como la salud, la educación para los hijos y la justicia.
Desde hoy un ciudadano chino residente en Beijing sin documentos deberá tener un trabajo legal y pagar a las cajas ciudadanas los fondos para la previdencia social, aquellos para la asistencia sanitaria y para la jubilación por siete años consecutivos, antes de ser “calificado para el pedido”.
Deberá pagar una casa registrada, un contrato, estar muy por debajo de la edad jubilatoria y tener el certificado de antecedentes penales limpio. Todas estas cláusulas incluyen también una serie de puntos al solicitante, a las cuales se agregan aquellos derivados del rédito y del grado de instrucción. En práctica los migrantes no tienen ninguna posibilidad.
Este año, el gobierno local fijará un nivel de puntos mínimos aceptando aquellos que estén primeros. Shen Guangyao, investigador en la Academia china de Ciencias sociales, dice al South Morning Post: “No creo que muchos superarán el nivel, quizás diez mil personas en total. Desde el punto de vista de un ciudadano estos controles y los puntajes son inalcanzables, pero considerando que hablamos de megalópolis sabemos que enfrentan desafíos complicadísimos. No tienen alternativas”.