Mons. Ma Daqin: Aprendamos de Mateo Ricci
de Zhao Nanxiong

Un nuevo artículo del obispo auxiliar de Shanghái después de aquel “cambio de posición” sobre el rol de la Asociación patriótica. El prelado exalta la obra del gran misionero jesuita, que conjugó los “Clásicos chinos con el Evangelio”. “Es necesario también hoy proclamar la fe con compromiso, “sin interferir “con la autoridad política”.


Hong Kong (AsiaNews)- En los últimos días apareció en el blog de Mons. Ma Daqin un artículo que exalta la figura de Mateo Ricci y su rol en la evangelización de China. Este es el primer escrito del obispo después de una larga serie de artículos en la cual se alababa a la Asociación patriótica y a su rol en la relación entre católicos y Estado. El artículo fue visto, por muchos en China y en el extranjero, como “un cambio de posición” del prelado.

 El nuevo texto de Mons. Ma es un estudio equilibrado que prevé un juicio muy elogioso sobre la figura y sobre el método de evangelización del Pbro. Mateo Ricci.

Ante todo, lo presenta como un estudioso equilibrado y respetuoso (sin actitudes opuestas) sobre China y su cultura, con la finalidad de aparentar que la doctrina y la iglesia cristiana no son contrarias entre sí. En el breve análisis del libro: “El verdadero significado del Señor del Cielo” del Pbro. Ricci, Mons. Ma subraya cuán bien conocía y asimilaba el contenido de los Clásicos chinos, a tal punto que lo hace avergonzarse de sí mismo y de otros católicos chinos de hoy.

El método prioritario del padre Ricci no fue la predicación directa del Evangelio, sino que, consciente de la propia cultura cristiana, quiso asimilar la china en plena armonía: o sea, entendió que debía cristianizar la cultura china y sinizar la cultura cristiana.

La actitud humanística del padre Ricci lo hizo usar la amistad (sin actitudes negativas de juicio) de tal modo que pudo encontrar a todos, para hacerse respetar y apreciar pero también para poder influenciarlos positivamente: en esto aún debe servir de modelo, siendo que el 99% de los chinos no juzga bien a la Iglesia católica, a causa de la Controversia de los Ritos y del período colonial.

Concluye subrayando la necesidad de proclamar el Evangelio con compromiso, como dice Pablo en Cor. 9:19-23, pero sin querer interferir con la autoridad política ni desear poderes seglares.