Obispos filipinos: Basta de homicidios impunes, se necesitan justicia y unidad

La campaña contra la droga lanzada por el presidente Duterte terminó en una sangrienta guerra sin ningún respeto por el derecho y la democracia. Más de dos mil presuntos despachantes fueron asesinados por policías y vigilantes, que gozan de total impunidad. El presidente de la Conferencia episcopal: “No podemos desistir, una oración para curar los males de la nación. Dios nos escuchará”. Los religiosos: “El silencio de los hombres buenos permite que prospere el mal”.


Manila (Asianews)- Los homicidios indiscriminados “continúan aumentando en Filipinas”. Y las divisiones en la sociedad son cada vez más profundas. La indiferencia frente a quien viola los Mandamientos de Dios es cada vez mayor. Pero nosotros no podemos desistir”. Es lo que dice a Asianews Mons. Sócrates Villegas, arzobispo de Lingayen-Dagupan y presidente de la Conferencia episcopal, comentando los últimos episodios de violencia que afligen al país.

Desde que subió al poder, con las elecciones de marzo pasado 2016, el nuevo presidente Rodrigo Duterte, lanzó una campaña contra el tráfico de drogas. Si bien la iniciativa es elogiable, esta campaña es aplicada con métodos propios de una dictadura militar. La policía parece haber recibido un mandato de “impunidad” en caso “de muerte accidental” de los despachantes, mientras aumentan los escuadrones de la muerte que matan y cobran las recompensas-no oficiales- prometidas por las autoridades locales. Los muertos -denuncian los miembros de la sociedad civil- ya son más de dos mil.

El clima de violencia es confirmado también por algunas declaraciones de Ronald Dela Rosa, jefe de la policía nacional, que en una intervención transmitida hoy por la televisión pública invitó a los tóxico-dependientes “que les quemen las casas a los despachantes”. Hablando sin medias tintas, el oficial dijo -dirigiéndose a los adictos-:. ¿”Por qué no van a visitar las casas de quienes los envenenan con combustible y luego dan fuego a sus casas? Ellos toman vuestro dinero y a cambio os destruyen el cerebro. Vosotros sabéis quienes son. “¿Les gustaría matarlos? Háganlo. Matarlos está permitido porque vosotros sois sus víctimas”.

La Iglesia católica condenó firmemente esta campaña, si bien definió como “necesaria” una acción contra la toxico-dependencia. El 28 de junio pasado, la Conferencia episcopal publicó un pedido “a la justicia y a la legalidad” dirigido a los miembros de la Fuerzas Armadas y a la seguridad nacional, en el cual piden se vuelva a aplicar el derecho en el país. Hoy Mons. Villegas vuelve sobre el tema con una oración “para curar la nación” para la cual pide la unidad, una solución legal a los crímenes y a la corrupción y al final “compasión para aquellos que están muriendo en esta purga”.

La oración, explica el prelado “es nuestra arma más poderosa”. “Nosotros confiamos en la misericordia de Dios y a Él nos encomendamos”. Responderá a nuestras oraciones, nos volvemos fuertes en la fuerza del Señor”. El texto de la oración será recitado antes de cada misa del 30 de agosto al 7 de setiembre y al inicio de las lecciones en las escuelas católicas.

Junto a los obispos bajaron al campo también los religiosos filipinos. La Asociación de los Superiores de las órdenes religiosas de hecho publicó una carta abierta en la cual se estigmatiza “el silencio del gobierno y de la población ante estos homicidios. El mal prospera cuando los hombres buenos callan. ¿El silencio social es una aprobación de lo que sucede? ¿O es el miedo que cierra la boca a las personas? Cualquiera sea el motivo, si permanecemos en silencio, mantendremos viva esta cultura de la impunidad”.

Firmado por el Pbro. Cielito Almanzan y por sor Regina Kuizon -co-presidente de la Asociación- el texto agrega: “Como religiosos y personas consagradas, creemos en la justicia. Pero también creemos que las ruedas de la justicia deben continuar el curso de los procedimientos y obrar en el marco de la ley. Pedimos al gobierno y a las agencias involucradas en esta guerra contra la droga que continúen dando esta batalla, pero sin homicidios extra-judiciales”.