Papa: una cosa es acoger a los homosexuales, y otra es el adoctrinamiento gender en la escuela

En el vuelo de regreso de Azerbaiyán, Francisco respondió a las preguntas acerca de los viajes, la paz entre Armenia y Azerbaiyán, el próximo consistorio, el ecumenismo y el Nobel por la paz. “Hay que fijar las relaciones entre el Vaticano y China con un buen entendimiento, deben estabilizarse  en positivo, se debe establecer una relación, y es sobre este tema que se está hablando, lentamente… Pero las cosas lentas salen bien”. En el 2017 quizás viaje a la India y a Bangladesh. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Una cosa es el acogimiento y el acompañamiento a una persona homosexual, y otra es el adoctrinamiento gender hecho en la escuela. Al hablar con periodistas en el vuelo de regreso de  Azerbaiyán, el Papa Francisco explicó de esta manera la afirmación hecha ayer respecto a la teoría de género y al hecho de que “Yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo e incluso como Papa, a personas con tendencia y con prácticas homosexuales”.

En casi una hora de conversación, el Papa respondió también a las preguntas acerca de sus viajes, sobre la paz entre Armenia y Azerbaiyán, sobre el próximo consistorio, el ecumenismo y el Nobel por la Paz. Dijo que el año que viene irá a Fátima, y también “casi seguro a la India y a Bangladesh”, “a África no es seguro, depende la situación política y de las guerras”, a Colombia “si se logra el proceso de paz, cuando la victoria del plebiscito sea segura y ya no se pueda volver atrás”. ¿Y a China? “Hay que fijar las relaciones entre el Vaticano y China con una buen entendimiento, se necesita tiempo. Las cosas lentas salen bien, las que hacemos con prisa no salen bien. El pueblo chino tiene mi afecto.  El otro día, en la Academia de las Ciencias, hubo un congreso sobre la Laudato sì, y había una delegación china. El presidente me mandó un regalo. Me gustaría ir, pero todavía no creo…  “

En cuanto a los homosexuales, “Yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo e incluso como Papa, a personas con tendencia y con prácticas homosexuales. Las he acompañado y las he acercado al Señor, algunos no pueden… Pero hay que acompañar a las personas como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega ante Jesús, Él seguramente no le dirá: “¡Vete, porque eres homosexual!”. Aquello sobre lo que hablé es esa maldad que hoy se hace con el adoctrinamiento de la teoría de género. Me contaba un papá francés que en la mesa estaba hablando con sus hijos, y le preguntó al hijo de 10 años: “¿Tú qué vas a ser de grande?” “¡Una chica!”. Y el papá se dio cuenta de que en los libros de escuela se enseñaba la teoría de género, y esto va contra las cosas naturales.

Una cosa es que una persona tenga esta tendencia o esta opción, o incluso que cambie de sexo. Otra cosa es enseñar en las escuelas esta línea, para cambiar la mentalidad. A esto yo le llamo “colonización ideológica”. El año pasado recibí una carta de un español que me contaba su historia de niño y de joven. Era una niña, una niña que había sufrido mucho. Se sentía chico, pero era físicamente una chica. Se lo contó a su mamá y le dijo que quería hacerse una operación quirúrgica. La mamá le pidió que no lo hiciera mientras ella estuviera viva. Era anciana, y murió poco después. Se hizo la operación, ahora es empleado en un ministerio en España. Fue a ver al obispo y el obispo lo ha acompañado mucho. Un buen obispo, este, “perdía” tiempo para acompañar a este hombre. Y luego se casó, cambió su identidad civil y él (que era ella pero era él) me escribió que para él habría sido un consuelo venir a verme. Los recibí. Me contó que en el barrio en el que vivía estaban el viejo sacerdote, el viejo párroco, y uno nuevo. Cuando el nuevo párroco lo veía, le gritaba desde la acera: “¡Te vas a ir al infierno!”. Cuando se encontraba con el viejo, le decía: “¿Hace cuánto que no te confiesas? Ven, ven…”. La vida es la vida, y hay que tomar las cosas como vienen. El pecado es el pecado. Las tendencias o los desequilibrios hormonales dan muchos problemas y debemos estar muy atentos al decir que todo es lo mismo: cada caso, hay que acogerlo, acompañarlo, estudiarlo, discernir e integrarlo. Esto es lo que haría Jesús hoy. Por favor, no vayan a decir: “¡El Papa santificará a los trans!”. Ya estoy viendo las primeras planas de los diarios… Es un problema humano, de moral. Y hay que resolverlo como se puede, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad, pero siempre con el corazón abierto”.

Es una actitud que Francisco propone, también, con respecto al tema del divorcio, de las familias heridas y del ataque a la familia. “La imagen de Dios no es el hombre; es el hombre con la mujer. Juntos. Que son una sola carne cuando se unen en matrimonio. Esta es la verdad… Es cierto que en esta cultura, los conflictos y en tantos problemas no bien manejados, e incluso las filosofías de hoy (dicen): yo hago esto, cuando me canso hago otra cosa, luego hago una tercera, luego una cuarta cosa, es esta guerra mundial contra el matrimonio, de la cual ella ha hablado. Debemos estar atentos, para no dejar que entren en nosotros estas ideas”. Es central la misericordia.  “Amoris laetitia habla sobre cómo hay que tratar estos casos, las familias heridas, y tiene que ver la misericordia (…) ,  las debilidades humanas existen, los pecados existen, pero siempre la última palabra no la tienen las debilidades, los pecados, ¡sino la misericordia! En el matrimonio hay problemas, y, ¿cómo se resuelven? Con cuatro criterios: acoger a las familias heridas, acompañar, discernir cada caso e integrar. Esto significa colaborar en esta recreación maravillosa que ha hecho el Señor con la redención. A la Amoris Laetitia hay que leerla toda (…), de principio a fin. Está el pecado, la ruptura, pero también está la cura, la misericordia, la redención.”.

Otro tema fue el ecumenismo. Francisco fue conmovido por el Patriarca Ilia II, “un hombre de Dios” que los ha “conmovido”. El camino del ecumenismo es “rezar unos por otros. Esto es importantísimo: la oración. Y, segundo, hacer cosas juntos: están los pobres, trabajemos por los pobres; hay un problema, ¿podemos trabajar juntos?  Están los migrantes, trabajemos juntos por los demás. Podemos hacerlo. Este es el camino del ecumenismo”.

¿Cómo puede llegarse a una paz permanente entre Armenia y Azerbaiyán? “El único camino es el diálogo sincero, cara a cara, sin acuerdos bajo la mesa. Una negociación sincera. Y si no se puede llegar a esto, hay que tener la valentía de ir a un Tribunal internacional, a La Haya, por ejemplo, y someterse al juicio internacional. La otra vía es la guerra. ¡Pero con la guerra se pierde todo!”.

¿Y cuándo se reunirá con las personas afectadas por los terremotos en Italia? “Me han sido propuestas tres fechas, dos de ellas no las recuerdo, pero la tercera es el primer domingo de Adviento. Apenas llegue, elegiré (cuál será la fecha).  Haré una visita en privado, solo, como sacerdote, como obispo y como Papa. Quisiera estar cerca de la gente”.

Los católicos de los EEUU deberán elegir entre un candidato que, por muchos aspectos, se encuentra lejos de la enseñanza de la Iglesia, y otro que ha hecho declaraciones contra los migrantes… “En una campaña electoral yo nunca hablo. Sólo digo una palabra. El pueblo es soberano, sólo diré: ¡estudia bien las propuestas, reza y elige con conciencia! Pero más allá de este caso específico, cuando en un país cualquiera hay candidatos que no satisfacen a todos, significa que la vida política de ese país tal vez está demasiado politizada, pero que no tiene tanta cultura  política”.  

El arzobispo de Ruan dijo que usted autorizó el proceso de beatificación del padre Hamel sin esperar los cinco años. “Haremos los estudios, pero la intención es ir por esta línea. De todos modos, hay que buscar los testimonios frescos para abrir el proceso”.

En cuanto a los nuevos cardenales, ¿cuáles con los criterios en que se inspira? “A fin de años, o a principios del año próximo. La lista es larga, pero hay 13 lugares (que cubrir). Se necesita buscar un equilibrio. Me agrada que en el Colegio cardenalicio se vea la universalidad de la Iglesia, los cinco continentes, y no solamente el centro europeo”.