Katmandú retira la prohibición sobre los permisos de trabajo en Afganistán

Los permisos retirados a continuación de un atentado en Kabul, en el cual murieron 13 nepaleses. Los trabajadores pueden ser empleados sólo en las misiones diplomáticas o empresas internacionales. Permanece en vigor el bando para las zonas de guerra. Los migrantes expiden dinero a su patria contribuyendo con el 30% del PIB nacional.


Katmandú (AsiaNews)- Las autoridades de Katmandú, decidieron retirar la prohibición sobre los permisos de trabajo a sus propios ciudadanos ocupados en Afganistán, impuesto este año después de un atentado en Kabul en el cual perdieron la vida 13 guardias de seguridad nepalesas. El vocero del Ministerio del trabajo aseguró estrechos controles antes de conceder a los trabajadores los nuevos permisos.

El vocero, Govinda Mani Bhurtel garantizó que los trabajadores nepaleses gozarán de adecuadas medidas de seguridad. “Permitiremos a nuestros connacionales- afirmó- poder ir a trabajar a Afganistán sólo en las misiones extranjeras y en las compañías internacionales que estén en la zona Green Zone, que es considerada segura”

El bando sobre los movimientos de los trabajadores nepaleses fue impuesto en junio pasado, después de un ataque suicida contra un minibús que transportaba a los agentes, empelados en la seguridad de la Embajada canadiense.

Nepal había ya puesto al bando las visas de ingreso ordinarios a Afganistán, a excepción de aquellos de trabajo para las agencias de las Naciones Unidas y en las misiones diplomáticas. Aún ahora están prohibidos los permisos para las zonas que están en guerra como Irak, Siria y Libia.

Según el Ministerio nepalés de exteriores, eran 5.292 las personas que vivían en Afganistán con regulares permisos de empleo. En general, casi cuatro millones de ciudadanos (sobre un total de cerca 28 millones de habitantes) son empleados en el extranjero, sobre todo en países de Oriente Medio, Corea del Sur y Malasia como guardias privadas, albañiles y como personal doméstico.

Estando a los últimos datos, los giros de dinero que los trabajadores logran enviar a sus familias a su patria son casi el 30% del PIB nacional. En un país marcado por la tragedia del terremoto, que en abril de 2015 causó la muerte de nueve mil personas y que le cuesta todavía restablecerse, de los empleos de un familiar en el extranjero deriva a menudo la sobrevivencia de toda la familia.